La caca y las buenas intenciones (fabula de vecindad)

La caca y las buenas intenciones (fabula de vecindad)

Era una chambrita primorosa, de suave tejido con un dulce verde pistache, algunos adornos rosa pastel y ocre, era ideal para dias fríos o una noche de fiesta, se podía poner encima de una blusa y quitársela dócilmente si hacía calor.

Una cosa divina que a toda catarina puede volver loca.

Eso si, siempre andaba por todos lados, encima de la mesa, escurrida en una silla, doblada en una caja, al fondo del auto o dentro de una mochila.

Y parecía que solita se escondía de garras nefastas porque todo lo demás se perdía menos ella.

Hasta que un día, también se perdió, y la catarina busco y busco,

Donde ha quedado?  Se preguntaba en las noches.

La chambrita estaba secuestrada en el closet contiguo, junto con otras cosas robadas -proque lo que se toma de otra persona sin su permiso es robar – tan cerca de la catarina y tan lejos de la verdad. 

La catarina se resignó, “seguro la deje en el parque y alguien se la llevo” dijo con pesar. Y dejó de buscar.

Mas y más cosas se seguían perdiendo y la chambrita gritaba y gritaba “Aquí estoy!  Junto con muchas cosas más extraviadas!”

Hasta que un día , la habitación de la vecina se incendió, corre por agua! corre por canastas para salvar sus cosas!

La vecina estaba de viaje y solo los vecinos podían salvarle sus cosas.

Oh que sorpresa ahí estaba la chambrita! Y unos audífonos! Y un chaleco y una chamarra y una gorra y unos pants! Y también otras cosas de otros bichitos vecinos!

Pero que demo…se dijo la catarina…

Tantas cosas eran que los vecinos sorprendidos rescataron sus pertenencias primero, sin poder evitar que las verdaderas cosas de la vecinita se perdieran….

Todos llenos de tizne se sentaron al anochecer, tristes por haber descubierto las verdaderas intenciones de la abeja vecinita.

“Lo más extraño “dijo la avispa del cuarto piso, es que los guantes que rescaté de su closet ella misma me los había regalado.”

Abrió mucho sus 8 ojos la araña del segundo piso “ oye ahora que lo dices…esta gorra rescatada ella me la regalo la navidad pasada!”

La catarina sintió un dolor en el estómago, miro entre sus manos su chambrita, ella se la había regalado también…

Pero , porque se robaba lo que les había regalado?

Bien, si hago memoria, mis audífonos se perdieron un día que tenía muchas preocupaciones y los dejé olvidados en en las escaleras, y no pude evitar saludar seco a la abeja vecinita.” confesó la manita religiosa.

“Es cierto! El otro día no pude hacerle un favor a la abejita vecina y fue después que se perdieron mis lentes” dijo otro bichito

Todos hicieron recuento, la abejita vecina quitaba lo regalado si no se comportaban como ella quería; era una pena, tan amable y compartida que se veía.

Las buenas intenciones se notan con el paso del tiempo, las falsas tarde o temprano terminan flotando como la caca.

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