Hoy mire hacia atrás con nostalgia, como en una película que se rebobina para volverla a ver, para recordar los momentos mas increíbles, los que dejan huellas por toda la eternidad

Pero solo me detuve en aquellos compartidos con los seres que ame, desee y por breves o largos espacios de tiempo ocuparon mi mente, mi cuerpo, mi espacio, mi ser; seres que rozaron mi mano y me llenaron de regocijo, con los que se compartió una caricia, una sonrisa, un beso y toda la vida que dura una relación

Recuerdo que ansiaba escucharte, verte, hacerte feliz, que me dijeras ese “te extraño” que me hiciera sentir especial, que me permitiera cerrar los ojos y transformar mi realidad, sentirme vivo, florecido, en primavera. Recuerdo todo lo que hacia por que me siguieras considerando tu compañero, inventaba juegos, adoptaba poses, me volvía un niño, un guerrero, un payaso, un poeta, un amante, un actor, un cómico, un melancólico y a veces si era necesario un fantasma para estar ahí sin molestarte.

Y cuando nos amábamos!!! Que derroche de imaginación, que morbo sentir el cuerpo de un ser deseado, amado, anhelado, que ganas de que aquellos momentos duraran muchísimo tiempo, me encantaba verte dormir, descansar, colocar mis manos en tu cuerpo y solo sentir tu piel, recorrerte con las llamas de mis dedos y ver como se te erizaba la piel, como si todo tu interior quisiera salir a flote y continuar amándome.

Solo los amantes entienden sus gestos y el mundo real que se forja a su alrededor, solo ellos saben danzar con sus ojos, decirse amor con un abrazo y hacer el amor frente a todo el mundo sin despojarse de sus prendas de vestir, intimar sin estar solos, hablar sin mover sus labios, acompañar sin estar presentes, solo ellos saben el valor de una llamada telefónica.

Cada una de esas personas que ame me hizo florecer, me cautivaron con sus aromas y me protegieron como a un cachorro, por eso no los olvido y guardo en mi corazón esos recuerdos, esos momentos que justifican esta existencia ya que todas esas sensaciones nacieron del deseo y del corazón.

Medellín, junio de 2005

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