Esa noche, en la que mi deseo insistía…
Entre tus brazos a mi ansiedad;
tus ganas complacía.
Dije que solo sería un beso, pero tu apasionada manera de besar,
a todos mis sentidos logró excitar.
Perdiendo el control,
los ojos cerraba y en mi imaginación te deseaba.
El olor de tu cuerpo;
como el aliento de vida a mi alma recorría.
tú respiración escuchaba y a mi voluntad controlaba.
Inquietas mis manos recorrían con intensa delicia, la desnudez de tu excitada piel.
Entre más te besaba,
más te deseaba y sedienta de placer,
de tu fuente deseaba beber.
Fue por tus besos,
que mis sentidos terminaron sometidos y el deseo desaforado nos consumió como un fuego abrasador.
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