Desde mi corazón

Desde mi corazón

Dedicado a Damián.

Nunca morirás en cuanto estés presente en mis poemas.

Gracias eternas.

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Prólogo

Sin darme cuenta me encontré escribiendo nuevamente poemas. Si bien hace mucho tiempo atrás, solía escribir, no tengo ningún escrito en mi posesión; se me han extraviado entre tantas mudanzas.

Después de 27 años, enamorarme hizo que volviera a sentir ese amor adolescente. Gracias a él volví a escribir, porqué él hizo que las palabras ocultas en mi interior fluyeran cómo manantial.

Y con la tecnología de hoy en día, el papel se ha convertido en papel digital.

Aún me considero amateur en ésto de la literatura, tengo un largo camino por recorrer, y aprender.

En este pequeño libro encontrarán varios poemas sin título, y no es que me haya olvidado de ponerle uno, si no, que no he encontrado un título acorde al poema, pido disculpas por eso.

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Quiero todo de ti.

Todo lo que salga de ti.
Tus palabras, buenas o malas, todas son escuchadas.
Tu sonrisa, tus lágrimas, pero no de esas tristezas de las que callas, si no de esas que salen cuando lloras a carcajadas.
Quiero tus besos, los cortos y ricos. Los largos y apasionados, esos que terminan con un suspiro. Los deseosos y orgasmicos, esos que te prenden fuego hasta el alma.
Quiero tus noches, y sobre todo tus mañanas, porqué creo que no debe de haber nada más lindo que despertar junto a ti. Acariciar tu cuerpo, besarte el alma.
Y aunque no tenga nada de lo que quiero, me conformo con un Hola, Buenos días, Buenas noches y un Hasta mañana.

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¿Sabes que se extraña de la otra persona?

No es el sexo, no es su aroma, no es su rostro, tampoco su compañía, no es su risa, no son sus caricias ni tampoco su manera de hablar.

Lo que se extraña de la otra persona es como combina cada una de ellas en un mismo momento, tiempo y lugar; es cómo esa persona logra enloquecerte en el momento de amar.

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Quiero tener dulces sueños, soñando contigo.

Despertar a tu lado, aunque sea un sueño.

Sentir tu aroma, de piel húmeda de sudor.

Sudor de placer, por haber cometido ese acto de amar.

Rozar tus labios con los míos, mientras exhalamos un último suspiro de pasión.

Sentir que tocarte es como un sueño, y el sentir que te amo no quede en éste sueño.

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Por más que lo intente no puedo olvidarte

Realmente dejaste una huella en mi corazón

La necesidad de escucharte, creo que con un «hola, como estas» me haría más que feliz.

No sé si a ti te pasa lo mismo.

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Déjame soñar que aún estamos juntos, qué sonreímos y que nos besamos apasionadamente, que nos acariciamos, y que esas caricias hagan chispas nuevamente.

Déjame suspirar profundamente, y tomar el mayor aire que pueda, porque en breves minutos tu recuerdo se va perdiéndose en el viento.

Déjame que te arranque de a poquito de mi pecho, más así el dolor no es tan grande. Que de a poco se irá, en silencio y sin congojo. Y solo serás un bello recuerdo que recordaré en silencio.

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Carta al pasado

Querido pasado:

Tengo que agradecerte porque me has enseñado todo lo que sé hasta el día de hoy.

Me enseñaste lo que es el amor, la alegría, y el llanto.

Me enseñaste amar y a perdonar, y gracias a eso me convertiste en la persona que soy.

También fuiste testigo de mis alegrías, de emociones compartidas, de noches solitarias y días dónde a pesar de que estuviera el sol yo sentía que había una oscuridad en mi vida, temerosa de no saber cómo sobrellevarla.

Te doy gracias por mantenerme de pie, cuando todo a mi alrededor era un abismo. Por no soltarme la mano y haberme guiado en esos senderos de desolación. Porque siempre pusiste en él a alguien que me sostuviera y fuese una compañía, y así no seguir tan sola.

También fuiste testigo de muchas lágrimas de felicidad y de esperanzas, pero eso se lo dejamos al futuro, que también es parte de lo que soy hoy, porque sé, que en el futuro me voy a encontrar conmigo misma.

Eres el pasado que me dió una familia, a alguien a quien amar y otros que vendrán, otra cosa que se lo dejamos al futuro.

Querido pasado gracias por haber estado ahí cuando yo no creía que hoy llegaría a éste presente.

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Cómo lo explico

Lo encontré, creo que lo encontré.

O quizás fue él quien me encontró.

La verdad no sé cómo fue, pero aquí estamos.

Comenzando algo hermoso, yo así lo siento.

Y qué decirles, ya me sacó de mi eje.

Quien iba a pensar, de que me iba a enamorar.

Pues sucedió, así nomás él lo hizo.

No fueron sus palabras, fueron sus besos, sus caricias, su mirada.

Fueron sus manos recorriendo mi cuerpo, fueron esas largas horas bajo las sábanas.

Fue su atención, la que por mí nadie daba.

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No soy tóxica

Para nada tóxica, aunque no lo niego tengo un poco de celos, y es normal porque lo amo.

Y tengo miedo, miedo a que no me quiera, a qué me deje, a qué no sea lo suficiente para él.

Pero no soy tóxica.

Por qué yo no quiero perder un amor, sino ganar un buen amigo, un buen amante, un buen compañero de vida.

Quiero compartir mi vida, mis sueños, y no solo la cama. Quiero despertar minutos antes que él para contemplar esa expresión de placer que hace cuando está por abrir sus ojos, luego de haber tenido un buen descanso, ver esa pequeña sonrisa casi espontánea aunque picaresca, diciéndolo todo, todo lo que al segundo antes de abrir los ojos, recuerda lo que hicimos debajo de las sábanas.

Pero sí, soy tóxica, pero conmigo, por qué me paso todo el tiempo pensando en él, extrañandolo, pensando en que hace, con quién estará, en dónde está, si piensa tan solo un poquito en mí, sí me extraña, si me quiere, o peor aún, si ya formo parte de su pasado, aunque hayan pasado dos horas de la última vez que hablamos.

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Algo

Cuando uno se deja de ver con alguien, siempre extraña algo, algo mínimo, que le significó algo, que conmueve el corazón.

Ese algo, mínimo y a la vez grande para uno.

Llamalo como quiera, el beso después del sexo, el de despedida, la mirada vacía de palabras pero llena de sentimientos, el aroma de su piel, su sonrisa.

Lo que fuese, uno siempre extrañará y anelara volver a sentir ese qué sé yo, que lo llevó a recordar.

Sé que extrañaré tus besos.

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Tu corazón

Tu así ya lo tenías

Yo simplemente volví a unir esos pedazos

Y cuando volviste a sentir que éste latía, simplemente me alejaste de tu vida.

Fue tanto el miedo de volver a enamorarte lo que sentiste.

Que ahora sientes que te he roto el corazón, y no fui Yo, fuiste tú al alejarme de ti.

Y no pensaste en mí, y es qué yo sí te quería.

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Carta al futuro.

Querido futuro:

Cuando me encuentre contigo trata de no ser tan duro conmigo.

El pasado me dió muchas lecciones, y me dijo que usted será mejor.

Me dió herramientas para llegar hasta ti, me dió tiempo, esperanza y fé.

Me dijo que el tiempo lo cura todo, que tenga esperanza para alcanzar mis metas, que todo me irá bien y fé en mí, todo eso lo encontraré cuando llegue a usted.

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Le dije adiós

Le dije adiós aún cuando lo amaba,

Y sabiendo que dolería le dije adiós.

En sus ojos ví tristeza y en sus manos, ví llevarse el corazón roto.

Con un vacío en el alma quedé,

Y a pesar que fue lo mejor, cerré la puerta cuando la cruzó.

De silencio se saturó la habitación, y pronto se convirtió fría y sombría.

Escuchar su voz era lo que más quería.

Aunque sentir el calor de su cuerpo y el sabor de sus labios lo añoraba.

A pesar del tiempo que ha pasado lo seguía amando.

Con el tiempo el dolor de haberle dicho adiós, quedó atrás.

Hoy solo quiero felicidad para los dos.

***

Si de miradas hablamos.

La mirada perdida y esa sonrisa picarona que uno hace mientras se muerde el labio inferior, añorando aquel primer encuentro; recordar ese momento generando un fuerte suspiro, hace que palpite con fuerza el corazón.

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Tu eres.

Te extraño mucho, lloro al recordar esos bellos momentos juntos, las noches largas llenas de conversaciones hermosas, que merecen ser recordadas.

Tu eres esa hermosa canción que no se quita de la mente, eres el más bello recuerdo que queda en el pensamiento y eres aquel que conoce cada espacio de mi alma.

***

Se que te dejare, y eso me pone triste.

No es porque quiera , sino porque así lo quiere el destino.

Ya no habrá alguien del otro lado del teléfono para escuchar tus hermosas palabras de amor.

Ya no tendrás quien te haga reír hasta llorar de la risa, con chistes y cuentos graciosos.

Sé que te pondrás triste y eso te juro que me condena, por qué seré la culpable de esa tristeza.

Se que lloraras al recordarme, sin poder decirme que hubo algo que te hizo pensar en mí.

También sé que extrañarás mucho esas charlas locas que tenías conmigo, que te hacían explotar esa imaginación traviesa.

También sé que desearás no haberme conocido, por qué hice todo para que me meta en tu mente y corazón.

Y es algo que no pude manejar, por qué yo también me enamoré de ti, pero soy yo quien se aleja.

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Carta al presente

Querido presente:

Gracias por estar aquí y ahora.

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