Convencí a todos los poetas

de que la luna no es suya.

Que no la miren, no la regalen,

que ahora es tuya.

Le dije a los pintores

que el paisaje te pertenece.

Que eres quien los llena de colores

y que lo atardeceres embelleces.

Les conté a los que miran el cielo

que ya no deben buscar estrellas.

Porque sabran que escapaste del firmamento

para iluminar mi mañana bella.

Les aclaré a todos los que sueñan,

que las ilusiones solo vienen de tu mano.

Que redimes todo lo que tocas

y me entregas todo lo que amo.

Así brillas en mi vida entera

y eres dueña de todo lo que siento.

Regresas las caricias que se fueron

y el amor ondea en el firmamento.-

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