Tener ganas de que con cualquier mensaje el ego se me alzaría, me sentiría deseada y querida. O esperar un mensaje del que estabas acostumbrado, pero no llega y no llega y quizá nunca llegue hasta otro día si es que llega. Es la soledad; por lo general esto pasa de noche, cuando siento unas ganas de amor que inundan mi cuerpo y mis brazos solo quieren abrazar a alguien muy fuerte por más de un minuto, sentir el calor abrazador y protector del amor. Sin embargo si alguien me escribiera, mi orgullo sube, y el rechazo está en la punta de mi lengua. Porque aún que me siento con ganas de amar y amor, no es a cualquiera… me siento cómoda aquí, prefiero estar en mi zona, mi casa, con migo misma y me da pereza ir con alguien que no valdrá la pena. Me esfuerzo para que las ganas y deseo no me ganen, en el juego de las desiciones.
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