Las primeras veces son sensaciones que quisiera tener guardadas en una caja de chicles, para masticarlos cada que quiera refrescar mi mente, y es que tan solo piénsalo, odiamos cuando se deshace la última esencia del sabor de este, pero lo seguimos manteniendo en nuestra boca hasta que nos duelen los músculos de la cara, para luego sólo tomar su propia envoltura y hacerlo “bolita”.
Y es que mis primeras veces contigo son de esos chicles que ojalá pudiera regresarlos a su envoltura y tomarlos en los días que más te extraño, en los días que más te necesito , tomarlos y masticarlos con el mismo sabor que sentí la primera vez que los tuve en mi boca.
Me aterra la idea del sistema de hacerlo “bolita” y aventarlo a donde mi mano apunta , me aterra escribir esto y pensar que ya lo he hecho antes o que posiblemente lo haré; es por eso que, escribo mis pensamientos de la madrugada que anhelan ser leídos por ti, anhelan que estés consciente de mi necesidad de chicles con el sabor que nunca se acabo y que nunca se acabará.
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