Tengo el cuerpo entumecido y cansado, un estado febril de estrés y molestia por varias pequeñas grandes cosas de la vida cotidiana.
Sin embargo.
Me lo haces olvidar. Como si fuera todo un pequeño pinchazo a mi costado. El viento sur refrescando mi rostro y mi cuerpo agotado, el calor de tu hombro y tu compañía, la espera de los autos cruzando, separándonos, mientras hago muecas al aire, sin mirarte de verdad, para evitar sonrojarme como una niña. Tu risa y tu calma. La paz de una calle desierta, pero segura.
No solo han sido atardeceres dentro de una tetera donde había comenzado a proyectarme, en busca de sosiego y oxígeno; ese oxígeno que mi yo, traicionero y envuelto en pánico, me lo quitaba. No solo la calidez del sol, sino también el aliento suave de un sinfín de estrellas, en el campo y en la ciudad. Dulces recuerdos, teñidos de cariño y tejidos en una mantita para cubrir mi soledad.
Nunca dejé de estar sola, pero ha sido más fácil de ignorar estos días. Este mes. Desde el primer día. Encontré el hogar que buscaba fuera de mi propia casa. Espero la ilusión y la desilusión, la alegría y la tristeza, la euforia y la melancolía. Pero sentir que estoy viviendo, sentir mis mejillas calentarse y mi boca fluir en palabras creativas. Abrazarme como soy, esperando un abrazo suyo; recibiéndolo o no.
Hice expectativas, pero en espera de nuevas tormentas. Si sigo en pie es para seguir luchando. Si sigo respirando es para sintetizar el aire y utilizarlo. Si mi alma sigue aquí, es porque algo tengo que cumplir. Tengo una misión.
Y quisiera verte en ella, y en más tiempo del que yo pudiera soñar, pero eso no corre por mi cuenta. Te espero, y te prometo darte lo mejor de mí, como ya lo estoy manifestando, mientras pululo a tu alrededor.
Por favor, acéptame. Dame una señal si estás de acuerdo. Enfrentaré el peligro de la puñalada.
Estaré bien cuando puedas notarlo, cuando te mire profundamente a tus ojos y diga las palabras más difíciles que podría pronunciar en toda mi vida, que me gustas mucho. Con el resto siendo un futuro incierto.
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— Mirá, esto escribí cuando estaba muy enamorada. Que miedo.
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