Hoy entiendo por fin que para perder,
No solo lo que se tiene,
Sino lo que nunca se ha tenido,
No es necesario ser valiente.
En este arte que es el saber estar triste,
Lo único que me queda es acostumbrarme a este camino
A esta puerta
A esta esquina
En donde mi caricia quizá te sorprenda llorando lágrimas que nunca sentiste,
Y donde mientras más cerca a mi corazón te tenga.
En aquel fulgor triste de una luna marchita cualquiera
Entiendas por fin Que,
en la inalterable suma del destino.
El tú y yo,
Siempre fue algo imposible…
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