-Acaso la naturaleza, el viento, el agua, el fuego o la tierra ¿tienen voz? ¿Intentan en algún momento comunicarse?-¡Pues claro que si!, dijo la vieja sabia. Como a todo ser vivo, se les ha dado la voz para comunicar y comunicarse con otros.-¿Y como yo no escucho nada?-Porque tienes que silenciarte, para así escuchar con los oídos del corazón; ellos escuchan mas allá de los que las palabras humanas dicen.-¡Pero solo escucho el sonido del río y del viento y el cantar de los pájaros cuando camino cerca de ellos! ¡No escucho nada!.Enojada la vieja sabia, le dice: ¡Que engreído eres! ¡Y que altanería la del ser humano la de querer que la naturaleza hable solo nuestras palabras, que utilice solo nuestro lenguaje, que emita sonidos para que solo nosotros podamos comprender! ¿Acaso no ha sido suficiente el sometimiento por parte del hombre? ¿Acaso queremos que incluso olvide hasta su propia voz?La naturaleza, continuo la vieja sabia, habla el idioma de la sabiduría, el que todos nosotros poseemos dentro pero que ya varios han olvidado. Todos los sonidos que sientes, el del viento o el del río e incluso el cantar de las aves, algo te están diciendo ¿acaso no entiendes que se están contigo comunicando? Te han conversado, incluso te han saludado sin tu darte cuenta, porque estas mal sintonizado, estas escuchando con los oídos equivocados. Aquieta tu mente con sus expectativas, controla a tu ego y sus deseos y dale espacio para que tu corazón salga a escuchar. Si así lo haces, veras como el alma logra comunicarse con la naturaleza y escuchar incluso poesías de ella.
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