Ella me representa

Ella me representa

Lina

02/11/2022

Son las 4:35 p.m. y el Transmilenio de la ruta J74 esta parcialmente vacío. Ingrid, se encuentra de pie en la zona media del bus, mirando detenidamente una señalización que dice: ‘No arroje basura’; luego de un rato de observarla, saca una bitácora de su maleta vinotinto, en su interior hay unos stickers que ella misma ha denominado como “propuesta artística contra el acoso”, toma el que dice: ‘No arroje basura, sus piropos saben a mierda’, le quita la pegatina y cuidadosamente lo adhiere encima de la señal original.

Ingrid González es una artista plástica en formación que busca a través de su arte visibilizar una problemática constante que viven la mayoría de mujeres en la capital, el acoso en el transporte público. “Me quedé viendo los avisos de Transmilenio y ahí surgió la idea, intervenir el espacio para concientizar” explica Ingrid. Su forma de hacerse escuchar y demostrar su inconformidad esta arraigada a una cuestión visual, por lo que decidió comenzar a tomarle fotos a las señalizaciones que se encontraban al interior de los buses y luego replicarlas lo más parecido posible, pero con un contenido ‘anti acoso’.

A raíz de esa idea en su cuenta de Instagram dejó públicos los archivos para que las personas puedan unirse a la búsqueda de generar una conciencia colectiva contra el acoso, camuflando carteles dentro del transporte público, porque según ella: “la revolución será feminista o no será”.

Las señalizaciones tienen un mensaje potente porque no están escritas con un lenguaje ‘formal’, de hecho, utiliza palabras como ‘macho acosador’, ‘saben a mierda’ etc. que dejan aún más claro el grado de intolerancia que se tiene.

A Ingrid le fascina incomodar, nace del fastidio que le produce el tener que estar precavida ante la presencia de un acosador en el transporte público. “La incomodidad es una forma de llegar a las personas porque si algo incomoda quiere decir que capto el interés. Así que, sí. Me fascina incomodar” dijo ella. No me costaría nada asimilar que tal frase pudo ser expulsada por Ingrid, lo digo por su manera de vestir, utiliza unas botas Marteans, cargo pants negro y camisa holgada negra; en su muñeca izquierda esta atado un pañuelo rojo y sobre su cara reposa un maquillaje llamativo con un pequeño sol dibujado en el espacio que hay entre sus dos cejas, un estilo adaptado de las ‘Riot Grrrl’, a simple vista Ingrid podría pasar por una chica ruda y más si se le ve con el ceño fruncido, sin embargo, basta con escuchar su voz para darse cuenta que es todo lo contrario, tiene carácter que es diferente, no cualquiera se levanta un buen día a pegar avisos en el Transmilenio.

Firma sus ilustraciones bajo el seudónimo de ‘suplicio marchito’ una combinación de palabras que Ingrid califica como interesante, sin embargo, de estas señalizaciones ha reiterado que no le interesa el reconocimiento, prefiere llevarlo en el anonimato porque no busca popularidad para ella sino para la causa, ya que esta representando victimas del acoso, a raíz de esto, ha recibido mensajes de agradecimiento por parte de mujeres que se sienten identificadas y creen que la iniciativa potencializa a un cambio.

Ingrid detesta la monotonía y considera que es una persona que recibe mucha información desde lo visual, por lo que circular entre los individuos y los ambientes es importante para ella, rechaza cualquier charla así sea con amigos si se va a hablar de una artista machista, ella considera que desde el arte se debería hacer un esfuerzo por ‘deconstruir los constructos actuales’ que no se solidarizan con la causa feminista.

Su cabello, perforaciones y tatuajes demuestran que ella disfruta de hacer las cosas por sí misma, tiene un mechón rubio entre su cabellera crespa que se lo hizo cuando probaba suerte con los decolorantes, en el tobillo derecho tiene un tatuaje de una carita feliz, misma historia que con los decolorantes, estaba probando suerte con las agujas y una técnica handpoke, tiene dos perforaciones en la nariz y una en la ceja, también se las hizo. De sus orejas cuelgan unas candongas decoradas con anillas de latas de refrescos, recogidas por ella, le encanta modificar toda lo que compra pues como lo señala Ingrid “es una forma de apropiarme aún más de mi estilo”.

Juan Esteban Gonzales amigo de Ingrid dice que él la percibe como una persona libre, en el sentido de que nada la frena para actuar y más si está motivada por sus ideales, el feminismo es una pasión de la cual él ha tenido que aprender “me da miedo recibir una mirada seria de Ingrid cuando estoy hablando, prefiero detenerme porque seguramente es de algún artista acosador, machista que no merece ser visible y del cual NO debería hablar” con ella las conversaciones llegarían a ser casi que infinitas pero muy provechosas si se sabe escuchar.

Con tan solo 19 años, lo digo yo que tengo 18, es impresionante la convicción con la que habla Ingrid, tiene claro con que cosas si esta de acuerdo y con cuales no, defiende a capa y espada lo que piensa, así deba pasar por ‘grosera’. No le interesa el reconocimiento, me resulta curioso porque su post en Instagram tiene mas de siete mil visualizaciones, así que no esta tan en el “anonimato” y a mi juicio lo catalogo como un acto de valentía por alzar las voz, ya que se expone a comentarios y amenazas a través de las redes y aun así, decide correr el riesgo; con tono jocoso mientras come torta de limón, me dice: “una señora me escribió al DM diciéndome vándala, satánica (…), por pegar esos carteles, mas allá de lo me pueda ofenderme la señora, que evidentemente no logra con esos insultos, si me ofende que sea ella una SEÑORA (una mujer) que seguramente la abran acosado en algún momento de la vida y no entienda el trasfondo de porque hago este tipo de cosas”, termina la frase con un suspiro muy profundo.

Entonces, por qué escribir de la chica que pega carteles anti acoso en Transmilenio, sencillo, porque ella me representa y representa a todas las mujeres que están agotadas de pasar por esta situación y no tener un respaldo, lo carteles por lo menos contribuyen a crear conciencia colectiva, si, esa que necesitamos tanto.

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