Una noche, andando por la playa, encontré una botella que contenía un trozo de papel con un escrito en el, saque el mismo de la botella y decía lo siguiente…
¿Para que se nace?
¿Por qué se tiene esa idea?. ¿Por qué no simplemente se continúa con esto y se deja de lado la idea de darle un sentido a este diario andar?
Gran pregunta el por qué, pero difícil respuesta.
Conlleva una compleja argumentación el solo hecho de pensarlo, de creer que es necesario un camino, un sentido.
Pero, ahora otra gran incógnita, ¿para qué?
Para que darle un significado a algo que se nos asigno, porque no solamente se sigue, y se deja bien en claro que se quiere vivir, que se quiere andar por la vida sin otras ideas, sin más problemas de los que tenemos día a día en nuestras abrumadoras rutinas.
Para que seguir así, pensando y pensando en todo lo que tenemos, en todo lo que fue y lo que no llego a ser. Para que seguir desgastandose, invirtiendo energía y valioso tiempo en darle algo, a algo que sabemos, no necesita un sentido.
Para qué, para qué y para qué…
Debemos seguir en nuestro pequeño espacio, con nuestras aceleradas y cortas vidas. Debemos mantenernos sumisos al queaser diario, al repetitivo sin sentido del día a día, y no dejarse arrastrar por esos pensamientos de rebeldía, por esas ideas absurdas, por ese extraño impulso natural, tan humano y complejo, que todos tenemos, pero que muy raras veces hacemos frente, y terminamos oyéndolo.
Ahora solo me queda una cosa por saber.
¿Acaso no somos humanos todos?
Por ende todo lo dicho anteriormente es una absurdides, es un sin sentido.
Nuestra naturaleza nos impide ser como los animales, conformistas con nuestras vidas. El dar por sentado todo lo que nos dieron en nuestro desarrollo humano.
Sabemos que hay algo más, algo que no nos termina por gustar, algo que no encaja aún.
Ese algo, pienso yo, lo atribuyo al hecho de vivir. Pero no el solo vivir, sino el vivir con sentido. El tener un enfoque diferente tal vez no muy claro, pero que ya no se base solo en la forma que le dimos. Y me refiero al hecho de nacer, crecer, procrear, desarrollarse y finalmente morir.
Pienso que no es sufienciente solo abocarse a ese lineamiento, a ese orden. Pues ya hubo muchos que por cuestiones de la vida, simplemente no pudieron completar ese ciclo o no llegaron a la maduración total de su desarrollo biológico.
Pero, ¿qué pasa con los que por decisión propia, no quisieron seguir ese proceso, que se saltaron muchos pasos, y llegaron directo a la ancianidad, sin importarle procrear y tener familia?
Estos humanos, se sumieron en el hecho de darle a sus vidas una forma distinta a lo ya establecido, en encaminarse por un sendero algo distinto. Pienso en ellos como rebeldes, gentes que ya no siguen las reglas, que están siempre en constante movimiento y cambio.
Éstos humanos son un pequeño grupo que diariamente busca ese sentido, busca esa razón. Con esto no quiero decir que los demás, los que siguen esas pautas biológicas, no busquen también este sentido, este camino. Sino que cuando no se tiene ya esa compañía y esas responsabilidades, se tiene más holgura para poder pensarse, para poder saber si se está en el camino correcto, a pesar de la rutina diaria, a pesar de los trabajos diarios y las responsabilidades familiares.
No todo es color de rosa, hay problemas siempre en ese andar diario, hay dificultades. Pero siempre habrá tiempo para buscar eso que nos mantendrá enfocados y dispuestos a seguir vivos.
Ese sentido, ese enfoque inexplicable, esa forma de andar, esa manera de vivir fuera de lo común es lo que se busca, es lo que yo busco, y no se si es lo que ustedes buscan, pero hay gloria en eso, por lo menos en el hecho de buscarlo. Tal vez nunca se consiga esa razón, pero buscarla, tratar de encontrarla, ya en si es una recompensa. Dicen que los que buscan encuentran, bueno pienso que hay mucha verdad en esa frase. Así que no se detengan, busquen, inténtelo no pierden nada, la vida se va muy rápido, las horas se discurren como el agua entre nuestros dedos, no se dejen arrebatar eso que es vuestro.
Vivan, vivan de verdad. No hay sentido de vida absurdo, solo hay sentidos.
Luchen por ello, luchen por unas vidas más gratas y con sentido, no se abandonen, no se cierren a esas oportunidades, a pesar de que se tiene que cumplir con esas responsabilidades diarias que tenemos todos los humanos.
No se olviden que están vivos y de que se trata de sus vidas, y no de horarios, procesos o costos a los que hacer frente, si no de sus pasos por este mundo. Que valga la pena este andar, nunca dejen de darle ese sentido a sus vidas.
Humanos todos, libres todos…
No le di importancia, así que regrese la botella al mar y seguí mi camino, irónicamente mi mano se había aferrado a ese escrito. Y ahora ¿a donde voy? Si ni siquiera sé para que nací.
El que haya escrito esto, es un completo imbécil, que ahora ya no se que hago aquí, ahora solo tengo dudas y no respuestas, tengo angustias en lugar de tranquilidad.
Maldito seas, anónimo escritor, que por tu causa ya no se quien soy y que hago aquí.
A pesar de que seguí maldiciéndolo en medio de la playa, mi mano no dejaba ese trozo de papel, no se desligada de ese escrito, se aferró, como un moribundo en sus últimos instantes de vida, se aferró como la roca que no se deja arrastrar por el mar.
Así estuvo mi mano, así estuve yo, aferrado a la vida aunque solo sabía maldecir, aunque solo sabía dudar, aunque ya no sabía para qué seguía vivo.
Y así siguió mi mano aferrada, ya no al papel, sino a la vida.
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