Parecia que las paredes de mi habitación contenían en las vetas de madera de las tablas siglos de vida. Cuando la luz tocaba las paredes emergían formas de un mundo que no conocia todavía los limites de la tierra. Criaturas que descubrieron la inmortalidad en la materia que se solidifico sin necesidad de alma. Pensaba en esto y si mi elección del sabor de la cerveza que bebí en el bar fue la correcta. Cuando oí un grito ahogado detrás de mi espalda. Asustado y paralizado. Me gire para ver el origen del grito. A mi espalda un gato devoraba el interior de lo que mas que un animal parecía una forma geométrica . Ahora que lo pienso se parecía a un hexágono.
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