29 de junio, me invita al cumpleaños una chica que recién estaba saliendo
- – Es el cumple de una amiga y me gustaría que me acompañes?
Dudé ya que recién estábamos conociéndonos y era un siguiente paso en lo nuestro, no conocía a nadie de su entorno, ni a su familia y en alguna ocasión vi a un par de amigas, pero en realidad no conocía a nadie
- ¡Dale, vamos!
Le dije, sin saber mucho que onda, pero como era una reunión en su casa estaría más cómodo ya que era informal
Recuerdo que ese día hacía mucho frio y que al llegar no conocía a nadie, saludé a la del cumple y a varias personas más, me senté junto al calor de una hermosa una chimenea con una copa de vino, mientras mi chica se ponía al día con sus amigas.
A mi lado se encontraba otro invitado, que al igual que yo estaba solo y nos comenzamos a charlar, una persona muy agradable, con un estilo muy particular, pelo largo con barba (que parecía estar a la moda), lo que me llamo la atención es que nunca se quito ese “abrigo” largo, pero con el frio que hacia esa noche era normal.
Al pasar las horas, con una conversación agradable, cálida y simple, se nos hizo más llevadero, en la reunión (con invitados) pero la charla con ese hombre en particular creo que nos hicimos mutua compañía.
En un momento nos quedamos sin vino, voy a preguntar a la cocina y realmente se el vino se había terminado y la noche tenía muchas horas por delante, pero a la vez no eran horas como para salir a comprar, pero como era un inesperado invitado no podía hacer mucho.
Al comentarle al mi “compañero” de la noche, rápidamente me respondió
- Yo puedo solucionarlo
- Buenísimo! respondí
Podía tener vino en su auto o quizás era vecino y tenia vino en su casa para traer a la fiesta
La verdad es que no me lo cuestione mucho, fui al baño y al regresar vi a todos con sus copas llenas y comentando de lo rico del vino.
Busqué a quien esa noche era mi compañero de charla y no lo vi, es por eso que salí a fuera ver si necesitaba ayuda, solo lo vi alegarse con un suave caminar y su distintivo vestuario, su cabellera larga, caminando a lo lejos y perdiéndose en la oscuridad,
vi a mi chica fumando y me pregunto
- Quien era el chico que con quien charlabas
Fue una pregunta muy difícil de responder, porque la verdad es nunca le pregunte su nombre y pensaba que era un invitado más, no solo que nade lo conocía, sino que fui el único que charlo varias horas con el
Y solo le respondí que era un amigo y nunca mas lo vi ni lo vieron,
Recuerdo que el único comentario de la cumpleañera, fue que el vino que trajo “mi amigo” era un Gran Vino, ¡exquisito y que “salvo” la noche!
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