Sobre la ventana posada, la paloma espera su carta. De vez en cuando, el sonido del viento y las hojas de los árboles cayendo le hacen creer que viene en camino. Espera con ansias aquella nota que le hablara de bellezas, amores, ilusiones y la haga suspirar. Pero al parecer está destinada a siempre enviar cartas y nunca a recibirlas.
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