De vez en cuando pienso que ya perdí, que se me brindaron muchas oportunidades y todas fueron momentáneas, que no he conseguido hacerlas perdurar en el tiempo. De haber sido más responsable, no me encontraría aquí, en el pie de la montaña. Perdura en mi cabeza lo feliz que fuí, o que pude haber sido.

Observando con perspectiva se discierne mejor, pero en ese momento también sabía que la quería, que me hacía bien. Con la fantasía grabada en pensamientos de que fue algo único, el cúlmen. No se como es posible, pero siento como si de verdad hubiese existido el amor en un corto ápice de tiempo. Perduraban en mi las malas influencias y el miedo a decidir por mi mismo, en resumen, tenía demasiado trabajo que hacer en mí. Es entonces cuando escogí el sendero sencillo, aquel que no ascendía en cuanto a valor real, y me facilitaba la gratitud inmediata.

Al fin y al cabo no deja de ser otra de tantas historias sentimentales.

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