Costumbre y creencia

Costumbre y creencia

A. J. Weston

30/09/2022

¿CREER POR COSTUMBRE O SER TU PROPIO JUEZ?

Mis papás me enseñaron a creer por mí misma. A no creer solo porque los demás lo hacen. A valerme por mi mente, mi espíritu y mi alma. A investigar, a comprobar, analizar y confirmar si algo es cierto. Me enseñaron a dudar, incluso, de las convicciones que ellos inculcaron en mi vida. Reparase en que dije «en mi vida» y no «en mí». Son dos cosas diferentes. Mis padres me criaron conforme a sus convicciones, así formaron mi vida, pero a final de cuentas soy yo quien decide si me quedo con esas conversaciones o me busco otras. Soy totalmente libre de decidir por mi cuenta, sin tener que preocuparme por el qué dirán mis padres o si me presionaán hasta que cambie de opinión. Sé que muchos jóvenes no tienen esa libertad, por eso, yo que la tengo, doy gracias por ese enorme y precioso privilegio.

Yo creo y defiendo lo que predico porque sé que es verdad. Porque ya comprobé, por mi propia cuenta, de mis conocimientos, de mi experiencia que estoy en lo correcto. No por costumbre o porque es lo que creían mis antepasados. A decir verdad, hay muchas cosas en las que mis padres y yo no estamos de acuerdo. Hay veces en que mi mamá y yo sí estamos de acuerdo y mi papá en contra nuestra, a veces viceversa. Y en otras ocasiones estoy de ambos lados porque tanto mi papá como mi mamá tienen la razón desde su punto de vista. Pero eso no significa que no podamos tener una relación sana y fuerte.

Por todo esto, si yo descubro que mis padres creen erróneamente sobre algo, voy a decidir bajo mi propio riesgo y responsabilidad si creer algo diferente o no. Lo más probable es que si ya me convencí de que estoy en lo correcto y ellos no, es que decida creer otra cosa. Y tal vez ellos lo entiendan, tal vez se den cuenta de que han cometido un error, tal vez no estén de acuerdo conmigo, pero si yo ya he formado la convicción de que estoy haciendo lo correcto, voy a defenderlo hasta que la muerte misma me lo impida. No importa que sea contra mis propios padres. Porque otra cosa que mis padres me enseñaron, es defender lo que creo, sea lo que sea, y no dar un paso atrás ante la amenaza y el miedo. Cobardía no es una opción, rendirme jamás y para perder mi dignidad y libertad como persona, antes muerta. Si voy a dar batalla por lo que creo y defiendo, voy a hacerlo de la manera correcta, por la causa, para el pueblo y por el pueblo.

Etiquetas: costumbre juez

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