El gallo canta dándole la bienvenida al Sol, el espectáculo que es el amanecer inunda el cielo nocturno ofreciendo una paleta de colores amarillos y dorados. Cuando el gallo cesa su cantar, el silencio abarca el ambiente. Solo se oye el cantar de los pájaros y la suave brisa que mueve las ramas y hierbas altas. Todo parece idílico, lo sería si no fuera por el temblor que producen miles de pisadas de soldados medievales marchando a la batalla. Su camino será largo y por eso partieron temprano.

Cruzan ríos, valles y montañas para llegar a su destino, ninguno flaquea y todos están activos y ansiosos de luchar. Los motivos de la batalla son inciertos, quizás sea por conquistar territorios o quizás sea asediar un pueblo. Sea lo que sea, el batallón no cesaba su caminata y continuaban por una ruta establecida. Ya casi estaban hasta que el capitán del batallón levantó la mano e indicó que todos parasen su marcha. Él estaba subido a un caballo y se pasea por delante del grupo observando cada rostro y hombre armado. Para en seco y con un tono de voz grave y autoritario habla.

– Soldados, no nos queda mucho hasta llegar a nuestro destino. Es por eso que paramos aquí para explicar y concienciarnos del enemigo que nos espera pasado el valle. Tenemos la información justa para entender y saber que esta batalla será nuestra victoria, el enemigo no cuenta ni con la mitad de tropas que nosotros. Juntos podremos derrotarles, así que no perdamos más tiempo y luchemos con ferocidad – tras haber dicho eso, el capitán alza la mano e indica que la marcha continúe.

El batallón cruza el valle y se posiciona lejos viendo desde ahí el frente para así visualizar al enemigo cuando haga su aparición, pasa un rato y a lo lejos se empieza a ver una bandera lila acompañada del trotar de los caballos. A lo ancho del valle se puede ver como las tropas enemigas toman posiciones y quedan quietas mirando al frente. Los enemigos no eran nada más y nada menos que princesas armadas hasta los dientes, cada una de ellas estaba expectante por la batalla que se va a desatar y también estaban listas para luchar. Un caballo pasea por delante de las tropas y, como hizo el anterior capitán pero esta vez capitana, habla a sus guerreras con un tono de voz firme y decisiva.

– Llevamos años aguantando que nos casen con pretendientes presuntuosos a los que no queremos, llevamos años encerradas en torres esperando a que el “valiente y luchador” caballero nos rescate, llevamos años soportando que nos callen. Pues no, hoy será el día en que podamos cambiar ese trato y podamos ser libres en lo que queramos elegir y hacer. Acompañadme y juntas podremos hacer realidad el cambio – acaba y rápidamente ordena empezar a marchar hacia abajo del valle.

Los caballeros también bajan por el valle pero son la caballería quien se adelanta para asestar los primeros golpes, las princesas también tienen caballería y esta hace lo mismo y acude a la lucha. Ambos bandos llegan a estar cara a cara y la batalla empieza.

Llueven los espadazos y los golpes, las guerreras se defienden bien y hacen frente a sus enemigos. La caballería de ambos batallones chocan y algunos caen de los caballos al suelo. Se intentan levantar rápido pero las princesas les acuchillan y matan. Sin embargo, un caballero armado con un hacha de dos manos está arrasando con las luchadoras. La capitana da la orden de hacer llover una ráfaga de flechas. La orden es acatada y un aluvión de flechas cae sobre los enemigos. Pero, de parte de ellos cae al campo de batalla unas enormes piedras provenientes de catapultas.

Las inmensas rocas hacen añicos a las tropas de princesas, la capitana corre en su caballo hacia las tropas suyas para idear un plan. El plan consiste en rodear a los caballeros por detrás y hacerse con las catapultas. Un escuadrón asiente y se pone en marcha. De manera silenciosa y apartada, el grupo rodea a los enemigos. Su capitana les sigue y juntas acaban con los soldados que las manejaban y se apoderan de las catapultas.

Pero el capitán enemigo se da cuenta y rápidamente en caballo corre a por ellas alzando la espada, la capitana le ve y ella para ganar tiempo se lanza contra él y luchan ferozmente. Entre bloqueos y ataques, el capitán le corta la cabeza a la chica, el cuerpo cae al suelo. Aunque gracias a ella y no en vano, pudieron usar las catapultas y masacrar ala ejercito enemigo.

El capitán, al ver como poco a poco su ejército es masacrado, huye de la batalla. Las pocas guerreras que quedaban celebran su victoria en esta maravillosa mañana.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS