En lo más profundo del metro se encuentra un guitarrista cantando y tocando por unas simples monedas, su guitarra… adornada por estampas que tapan las heridas de la guitarra que obtuvo al pasar el tiempo.

Su voz están hermosa como un día nublado, y su habilidad tan grande que podría llenar un concierto de más de un millón de personas.

Pero a duras penas puede pagar su renta, luego pasa días enteros con hambre y fatiga.

Su cara está adornada de granos y de ojeras, en la madrugada siempre se levanta con sed y ganas de llorar, él nunca ha sabido que es el triunfar, no sabe qué hacer con su vida de Artista.

Su única pasión y motivo es la música, le gusta como los sonidos entran en sus oídos y abrazan su corazón y su ser, como su cuerpo se mueve al sonido de las baladas, le gusta ver sus dedos desgastados de tanto tocar y sentir que por eso vive.

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