Fue ese día. Te miré distinto y pude entender que me había perdido. Las palabras que tenía para vos quedaron desparramadas por todo mi alrededor y ya no tenían sentido.
Me aturdí, me confundí. Lo estoy asimilando, lento y en silencio, pero lo voy entendiendo, es un cuesta arriba constante, te pienso, te quiero y de todas maneras te estoy dejando atrás. Ya está, me animé a perderte. Lo entendí. Grietas infinitas sin sabor a reconstrucción.
Pensé en pararlo todo. El tiempo, el dolor, las heridas. Frenar.
Frenar, saltar, vaciarme. Te solté, o me soltaste vos primero. Me dolió el cuerpo de principio a fin. Pero si, lo acepté. Y estoy siendo una vez más mi propio caparazón.❤️

                                                                                                                            Olivia.

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