No sé como empezar el presente escrito,

tampoco sé en que momento divulgarlo,

solo sé que sigo en un laberinto,

de caudales y tormentas sin provocarlo.

Mis pensamientos se asemejan a la realidad,

de aquella zozobra del cual quisiera expresar,

manantiales descubiertas en mi soledad,

tu aroma cercana del cual quisiera atrapar.

No perdí la razón después de mirarte,

tu expresión jocosa y a la vez tímida,

llevaron un momento para apreciarte, 

ante tu aura angelical presente en tu vida.

Solo fueron cortantes segundos, 

de esos que pueden durar una eternidad,

seguirá mi sentimiento profundo, 

si así tuviera que disputar una rivalidad.

Cada vez me convenzo de tu encanto, 

miles de flores suelen rodear tu realeza, 

las horas no pueden sufrir un adelanto,

para declarar a todos: » Tú, sinónimo de belleza.»

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