Era en ese preciso momento cuanto todo se derrumbaba ante mis ojos, cuando mi rostro perdía su gracia, el mundo se oscurecía y sentía que yo era el punto de inicio para que lo que antes tenía mil colores, fuera perdiendo el brillo hasta convertirse en una nada. Mi fingida sonrisa se desvanecía, esa postura firme que siempre mantenía se acabó, la fuerza interior que un día decidí siempre tendría para no dejar ver a otros lo que muy dentro de mi yacía, se fracturo e inmediatamente desmorono una mirada triste y fija hacia el cielo, en efecto una lagrima se fue deslizando lentamente por mi piel, tan suave, pero a la vez tan pesada como una roca, ¡Ahí! En ese momento una máscara que llevaba desde hacía tiempo perdía su pegamento para dejar ver algo sin sentido, sin gracia, la figura de una persona móvil, pero sin vida, ese yo era únicamente mío no pude aguantar más, mi cuerpo perdió cada una de sus fuerzas, mis músculos se hicieron totalmente débiles y me dejé caer al suelo como cascada, sentí una gran presión en el pecho que me exprimía cada emoción, cada sentimiento reprimido. No luche contra algo que se hacía inevitable, me recosté suavemente deje que la tierra se encargara de mí, yo ya no podía seguirme sosteniendo. Una lagrima caía, una tras otra haciendo figurillas sobre un cuerpo inerte, mi mundo se llenó de un mar de recuerdos, era como un juego de cartas unas con más poder que otras, mi mente vagaba por entre los escombros.
Era posible que nadie antes hubiese notado ese sin fin de cosas que me invadían, era posible que yo para otros fuese un perfecto ejemplo de persona plena y dichosa. Cuando mi ser sentía que era todo lo contrario, que me levantaba día a día solo por inercia, que sonreía por aparentar, que cada segundo de mi vida era una completa falsedad, para mi estar viva no tenía ningún sentido cuan si pretendiera ser ejemplo de otros, pero tenía muy claro que eso no existía. Llegue a ese momento en que ¡Explotas y dices no puedo más! Grite cada cosa que sentía hasta quedar sin aliento. –Mi vida es un desastre, estoy desesperada, no tengo más fuerzas para seguir cargando con tanto dolor- Basta…
Mi mente se llenó de recuerdos vacíos y dolorosos…
Con la inocencia de una niña entregué mi corazón sin sentido y sin razón quise tener un poco de amor. Caí ante él sin pensar en nada mas, su mirada se adueñó de mis cinco sentidos, traspaso cada fibra de mi cuerpo, llego hasta lo profundo de mi alma, su boca me hizo prisionera, cada pequeño detalle que ignoraba se convertía en el amor más real y sincero. Él fue mi primer amor, el que con tan solo escuchar su voz mi alma se llenaba de gozo y mi corazón se aceleraba, era la luz de mis ojos, era casi perfecto para mí. Dejo huella profunda en mi cuerpo, mente y corazón. Hubiese dado mi vida porque nunca acabara lo que hasta ese día se hacia mi más grande fortuna, pero fue un error creer que él estaba dispuesto a todo por mí, de pronto todo comenzó a cambiar, se comenzó a alejar y sin darme cuenta sus ojos ya miraban en otra dirección. Por lo que todo se acabó y mi vida también, perder lo que me había dado una nueva esperanza, era como caer a un gran abismo del que nunca saldría, el cielo se hizo gris todo perdió su color.
Si digo que él era como mi todo es porque antes de sentir el amor, mis sentimientos estaban llenos de rencor, dolor y odio. Mi infancia fue muy dura vivíamos en la pobreza, mi hermana y yo aguantábamos hambre, las enfermedades nos asechaban, pero éramos como dos seres aislados, no había a quien le importáramos. Mi madre era una adicta irremediable que no siempre llegaba a casa y cuando lo hacía traía comida apenas consumible, su trabajo como prostituta le dejaba poco, pero la mayoría lo gastaba en droga. Mi padre si se le puede llamar así la pasaba en la casa, pero bebiendo y esperando que mi madre le llevara más dinero para seguir divirtiéndose como ellos decían. Mientras que a nosotras dos ni la mínima importancia nos daban, era como cuatro extraños viviendo en una misma casa. Todo esto llego hasta el punto en que se reboso la copa…
La estocada que definitivamente me marco la vida, es la que se dio aquella noche fría en que iba camino a mi casa y de la nada un hombre me ataco, fueron inútiles mis suplicas, en pocos minutos el daño estuvo hecho, solo tenía 12 años y ya estaba siendo utilizada como objeto sexual, ¡Él me violo! Ese hombre impulsado por los efectos del alcohol era el mismo que un día me dio la vida, pero en aquel momento la estaba destrozando ¡MI PADRE! Acaso se puede explicar, pues la verdad es el acto más deplorable que te puede llegar a suceder.
Basta, Basta…
En ese preciso momento mi luz se apagaba, después de haber navegado por un mar de recuerdos mis ojos vieron oscuridad, un sueño profundo se apodero de mí.
Hace poco me contaron que permanecí 15 meses en coma, que mi madre falleció por un paro respiratorio y mi hermana fue adoptada.
Ahora estoy en un centro de rehabilitación y superación personal, escribiendo una historia que siempre quise gritar al mundo, pero mi ser nunca tuvo el valor de contar.
Mi vida espera por un nuevo comienzo, después de haber dicho BASTA….
OPINIONES Y COMENTARIOS