Discurso de uno mismo

Discurso de uno mismo

Hans-Córdoba

31/08/2022

Antes de empezar con la reflexión, que es meramente una explicación existencial, y dado a lo que se ha propiciado en el actual entendimiento de las situaciones. Espero que, no se tome de manera incongruente lo que trataré de explicar. Y el temor que tengo a quien lea estos escritos es darle un carácter incongruente al escrito, y de lo incongruente me refiero a que le pongan un sello o una portada mal intencionada, que vean esto como una guía espiritual, fantasioso, esotérico, superación personal, sectaria o cualquiera de ese pensamiento que no sirven de nada. El mundo, terreno social, se ha visto confundida muy profundamente porque no quieren hacer una reflexión racional. Quieren que seres, casi sacadas de un cuento, lleguen a sus vidas y se las arreglen para poder tener una felicidad eterna y olvidarse de todas las cosas que son verdaderas, a pesar que esas verdades no sean bellas o agraciadas. O que, se tengan que inventar rituales para poder sentirse más relacionados con lo que llamas “espiritualismo”, y termina siendo risorio llegando hasta lo cómico, propiciándose de conductas fuera de su cultura y de contexto.

Así, la reflexión que les vengo a escribir es “De uno mismo” de lo particular, de lo individual, de la escala personal, de lo finito que es el espacio y tiempo para el entendimiento existencial. Sabrán, que hay una confusión enorme a cerca de ello, y su representación está en que las personas no tienen una originalidad, solo son malas copias de otros que ni siquiera entienden las raíces internas de lo que son, la eliminan porque tiene un cierto temor a contemplarse así mismo, lo asfixian. Quedaría claro si les dijera que su temor es tan grande que deben llenarlo a través de materialismo, frases sin profundidad, ideología, goce, moda, humillación, sobre sexualización, idolatría, pseudociencia y variaciones de todas estas que hunden poco a poco a las personas.

La unión de personas para llegar a un objetivo es un hecho y debe hacerse para que no tengamos un futuro vergonzoso. Que se observe que el sacrificio humano sea factible, a lo que conocemos como historia, pero que tenga una conciencia global, que se maneje como lo que es, como un esfuerzo social para hallar su verdadera libertad, el alcanzar la satisfacción plena de no odiarse o tener miedo por ser humanos sino para comprendernos. Pero la comprensión no llegará como un regalo del cielo, sino como un trato racional entre los unos con los otros, que no vean solo los resultados y de allí regocijarse por creer que somos mejores o peores que los otros. Llegar a ese punto solo confunde la situación del proceso, del proceso antes del resultado, que son una cantidad de errores y sufrimientos, el que solo quiera ver los resultados y beneficiarse de ellos no sabe nada de la paciencia. Y lo que mas necesita este mundo es la paciencia.

De lo uno mismo, a lo que me provoca estar aquí escribiendo, es acerca sobre si en verdad queremos la libertad. Pero para encontrar esa libertad es de suma importancia conocerse a uno mismo, que la claridad de ser individuo traspase la mascara que cubre nuestras intenciones cotidianas. Para ello, se necesita la suficiente voluntad no para estarnos reclamando por las cosas horribles del pasado, y que esta nos provoque un mal sabor de boca, y vernos al espejo solo para llegar al odio. Si se hace de esa manera, solo hallaran una cara de la moneda. Que venga el valor de lidiar con la vida, pero en aras de las virtudes de aquellas que se han descuidado demasiado, tanto que ya ni recordamos que somos parte de algo hermoso, como lo es, el estar presentes luchando con la adversidad y el temor de lo incierto que es el universo.

Entonces me hago esta pregunta ¿Qué haríamos si en verdad tuviéramos la libertad? Parece que para muchos esto ya es un hecho. Solo los veo de lejos, pues ingenuos ya son, porque de la libertad en la actualidad nadie lo vive realmente. Somo como seres atrapados en una jaula del consentimiento humano, no desde un punto de la madurez vital, sino desde el mismo momento en que nacemos. Llegamos de manera azarosa a este mundo, al cual se nos impone un dogma, cultura, política y normatividad. De ello no tengo ni la menor duda. Pero si, nos dieran la oportunidad, de crear un camino libre para nuestra voluntad aunada con la libertad ¿qué haríamos? ¿prestaríamos nuestras energías para conformar un nuevo grupo social? ¿viviríamos bajo la presión de una nueva política o creencia? ¿haríamos un nuevo orden donde Dios sería solo tú y tu?

Aguarda descifrar algunas causas del porque la libertad del existir. Una de esas causas del porqué el humano está tan vació por existir es por la tentación. Una tentación de sentir la libertad, pero no sabe que hacer con ella. Cuando el humano se sienta conflictuado del que hacer justamente ahora, hay una fuerza de desconfianza por rechazar lo que no es. El rechazo se debe a una manifestación finita, de lo mortal que ve la línea infinita de lo inmortal, de lo que es futuro cambiante y desconocido. Ese temor que se plasma internamente en nuestras mentes se debe a que las fuerzas naturales, las externas, siempre maneja parte de nuestras vidas que en algunas veces los hacen significativas. Si acaso, una enfermedad, la muerte, la tragedia llegase a sus vidas, del cual jamás quisieron o desearon no se culpen de ello, no carguen con el recuerdo intimidatorio, pues de hecho no tiene nada ver si son o no personas bondadosas o virtuosas. Es parte de lo irreconocible e infinitas causas azarosas que recorre el universo de lo sucesos. Pero que hay allí, esperando en el temor de la gente por la libertad individual, una penosa negación por querer vivir. Y de ello parte el conflicto, y se busca esconderse cual cobarde en la ideología agobiante que separa más a la sociedad. Dinero, fama, materialismo, poder, placer y muchas de estas cosas solo sirven como un refugio del temor por la libertad, el rechazo por compadecernos y no vernos hundidos por el dolor.

Así que queridos lectores, que sus expectativas por el vivir no los alarmen y los guarden en la impaciencia por tener todos estos frágiles refugios. Cada uno de ustedes tiene algo único que vive dentro de ustedes, como si se tratase de una esencia única. Jamás se proclamen vencedores, sino conocedores de uno mismo, de lo que es cierto. Y vean que hay un fuerte convencimiento para amarse, para perdonarse, pues si quieren un mundo o una sociedad consciente que derribe las mentiras y las mentiras irónicas que se transforman en malas verdades necesitan perdonarse, pues el odio a uno mismo es el odio hacia los otros. Si fuéramos todos iguales, nadie quisiera conocerse y sentirse plenos.

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