Instrucciones para gambetear Algoritmos

Instrucciones para gambetear Algoritmos

Martin Fontana

26/08/2022

Cuando se vive en el campo a veces los pájaros no son suficiente compañía y escuchar música nos hace sentir más sociables. Por eso en mi rancho suele estar siempre sonando youtube: para que pasen otras cosas, además de una liebre. 

Así, a veces, uno encuentra el equilibrio. 

No sé cómo funcionan los algoritmos que de golpe empieza a sonar Cucurrucucu Paloma y después un reggaetón. Lejos de mis gustos. ¿Entonces porque siempre aciertan las publicidades? En una notificación, en el clima, en la cabeza de la vespertina hacen alzar, en la tranquilidad de los alambrados, vidrieras luminosas repletas de las cosas que el capitalismo me hizo necesitar. Y entonces saco cuentas de horas que debería resignar para comprarlas y por suerte casi siempre desisto. Pero el error musical me hace desacreditar toda ese ovillo de metadatos y pienso en cómo hacer fallar esas publicidades tan sugerentes. Rodin moldea mi mano en la pera y de golpe: la luz. Sabemos que sabe lo que yo sé, pero desconoce lo que no deseamos, ni queremos. 

Invoco al dios google, pienso algo que no exista en mi cerebro, busco una marca y luego escribo: ¨Clarinete Selmer¨. 

Enter. 

Justo llega un amigo y le cuento todo en voz baja. Después grito: 

¡Que ganas de comprar una cosechadora Vassalli v770 4wd! 

-Si la vi, una bestia. Me dice.

Y ponemos la pava para tomar mate, atentos porque sabemos que pusimos la boya justito al lado de los juncos… 

No hay que esperar mucho para el ¡glup!, la tanza se tensa y ya aparece en una de nuestras redes sociales una cosechadora roja, impoluta, que nos llevaría 4 vidas de ambos para comprarla con nuestros paupérrimos ingresos. Al pasar un par de post se revela una publicidad de una trompeta dorada de otra marca con su estuche reforzado que no sabríamos ni usar. 

Quizás por la proximidad con los latifundios a mi amigo le pintan unas buenas botas de carpincho para hacer un asado como dios manda. Y las busca por talle y todo. Y así reemplazamos horas que seguramente tendríamos que estar trabajando en algún ministerio para comprar todas las cosas.

Diógenes decía que a él le ponía muy contento entrar a un mercado y ver cuántas cosas había que no necesitaba. Hoy es altamente complejo, al mercado no se entra, ni se sale, quizás sólo podemos elegir la vidriera que no nos interesa. 

Qué se yo, a veces uno ve un error en una publicidad y siente haber encontrado falencias en el capitalismo.

Boludeces que hace la gente cuando se aburre en el campo.

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