El gobierno de la banca. || Luis Castillo

El gobierno de la banca. || Luis Castillo

Luis Castillo

19/08/2022

A nivel mundial los principales fondos de inversión como Black Rock o Vanguard Group dominan la mayoría de las agendas y por ende tienen un tipo de control mundial muy marcado en la economía, la política y la cultura contemporánea.

Debe quedar claro que BlackRock es la primera gestora de fondos privados del mundo, y está provocando mutaciones al capitalismo.

Este fondo por si solo gestiona 6,3 billones de dólares o 5,3 billones de euros, es decir casi tanto como el PIB de Alemania y Francia juntos.

Según expertos, los directores de este fondo hablan de tu a tu con los gobiernos, grandes empresas e instituciones financieras.

Entre sus conversaciones suelen aconsejar o presionar en cómo deben actuar los gobiernos a los que les prestan dinero o a las compañías en las que son los principales accionistas.

Entre ellas están, el 88% de las empresas en el índice S&P 500 (que dicho sea de paso es el índice bursátil más importante para medir la situación real de los mercados).

Debe saberse que está red tejida por los grandes fondos de inversión no es ninguna hipótesis, pues la existencia de la Red de Control Corporativo Global o el cártel Bancario Internacional, también conocida como el Cártel Bancario global, fue demostrada en 2011 por Stefania Vitali, James B. Glattfelder y Stefano Battiston, tres matemáticos del Instituto Federal de Tecnología de Zurich, Suiza.

Gracias a la evidencia proporcionada por la whistleblower del Banco Mundial, Karen Hudes, se logró determinar que “los bancos centrales del mundo son todos propiedad de la Red de Control Corporativo Global, y están bajo el control de estos fondos de inversión» y por tanto de la Nobleza Negra.

De manera breve podemos decir que la nobleza negra nació cuando cayó el Imperio Romano, pues tras su caída, buena parte de los oligarcas romanos se refugiaron en las tierras que hoy conocemos como Venecia, y poco a poco fueron construyendo un entramado de relaciones entre diferentes grupos sociales elitistas del viejo mundo, cuyo poder perdura hasta nuestros días.

La antigua élite romana fue influenciada por los fenicios que llegaban hasta las costas, aprendieron de ellos y comenzaron a dedicarse al comercio con oriente.

La suma de las habilidades diplomáticas de los romanos y las habilidades comerciales de los fenicios hicieron que esta actividad tuviera un gran éxito y los ayudó a enriquecerse muchísimo.

Gracias a las numerosas ganancias empezaron a administrar sus excedentes para prefabricar la banca moderna.

Eso los convirtió, de nuevo, en las familias más poderosas de Europa, ya que controlaban el flujo del dinero, y manteniendo una neutralidad aparente durante los periodos de conflicto, fueron prestando dinero a unos y otros estados para financiar sus guerras, lo que hacía que al final de cada conflicto todos los pueblos estuvieran en deuda con ellos.

Aprovecharon estas deudas para expandir sus bancos a esos estados y colocar en las esferas de poder de cada país a miembros de su entera confianza, casi siempre adoctrinados en algunas de sus organizaciones secretas y elitistas, que a día de hoy seguirían cumpliendo su voluntad.

Se puede decir que muchos jefes de Estado, de gobierno, y supuestos grandes empresarios no son otra cosa más que la cara pública del dinero pero supeditando sus decisiones a los deseos de la Nobleza Negra.

Un ejemplo claro de este tipo de “empleados” de la Nobleza Negra sería la familia Rothschild.

Y es que la familia Rothschild posee títulos de nobleza en Francia, Austria y el Reino Unido gracias a la nobleza negra, además son considerados como los guardianes del tesoro papal ya que le administran su dinero al Vaticano, lo que les a permitido hacerse dueños de las principales instituciones de inversión o crediticias.

Para nadie debe ser un secreto que la Casa de Rothschild está acostumbrada a monopolizar la riqueza y usar sus bancos para canalizar efectivo para compensar a empresarios y políticos corruptos disfrazados de falsas inversiones, además de utilizar el poderío económico que administran para moldear la cultura y por supuesto la política.

Para dejar más claro la manera en la que se articulan las élites financieras para abarcar todos los aspectos del mundo social.

Podemos recurrir al ejemplo de Lynn Forester de Rothschild quien es la directora ejecutiva de EL Rothschild LLC, una empresa de inversión privada con inversiones en medios de comunicación, gestión de activos, tecnología de la información, agricultura y bienes raíces en todo el mundo

Resalta la participación de este grupo de inversión en The Economist Group (Reino Unido) grupo del que emana el semanario homónimo que a atacado de manera frontal al actual presidente de México Andrés Manuel López Obrador desde incluso antes de haber ganado las elecciones del 2018.

Dicho semanario o revista coloca criticas mal intencionadas sobre el presidente de México en sus portadas de manera recurrente, para intentar contrarrestar a otros espacios como Morning Consulting llamada “Global Leader Approval Rating Tracker” quien coloca a AMLO como el segundo líder mejor aprobado del mundo.

Este tipo de conflictos para muchos analistas se enmarca, en la dicotomía globlalismo-nacionalismo que define al siglo XXI antes de la inteligencia artificial, con líderes del mundo agrupados en uno u otro bando.

De esta manera, López Obrador estaría del lado de los soberanistas, quienes buscan la rectoría del Estado sobre las energías, mientras que Joe Biden, presidente de Estados Unidos, sería parte de los globalistas, quienes respaldan a los grandes capitales y el liberalismo económico sobre el Estado-Nación.

Ambas ideologías se disputan el control de los grandes reservas de energías del mundo y dividen a las potencias nucleares: Estados Unidos y aliados, de lado mundialista; China y Rusia, en el bando soberanista.

Pese a que las ideologías de ambos mandatarios no son tan distantes, (pues hay varias similitudes entre el Partido Demócrata y la “izquierda” mexicana representada por morena), las cosmogonías geopolíticas de Biden (globalista) y López Obrador (soberanista) sí colisionan.

También podemos hablar de su esposo británico de Lynn Forester de Rothschild, Evelyn de Rothschild quien es el asesor financiero de la reina Isabel II.

Y que mientras su hijo David Mayer de Rothschild presiona hipócritamente con la propaganda ecologista utilizada para oprimir a la gente común, el resto de su familia está involucrada en la minería, el consumismo corporativo, los monopolios bancarios y la expulsión de los nativos de sus tierras.

Queda claro entonces que tanto Vanguard Group como Black Rock son herramientas fundamentales para la dominación hegemónica de la clase social más alta sobre el resto del mundo.

Cómo ejemplo de la farsa o la matrix social en la que vivimos, podemos hablar de PepsiCo quién supuestamente es el principal competidor de Coca Cola, así como Apple de Android pues ambas compañías compiten por la lealtad de los usuarios, sin embargo todo es una ilusión.

Pues desde mediados de la década de 1970, estas dos corporaciones -Vanguard y Blackrock- han engullido a la mayoría de las empresas del mundo, al convertirse en socios de acciones o principales financieros.

Un ejemplo de cómo funciona este esquema es el siguiente; Pepsi Co. es propietaria de una larga lista de marcas de alimentos, bebidas y botanas, al igual que Coca-Cola, Nestlé, General Mills, Kellogg’s, Unilever, Mars, Kraft Heinz, Mondelez, Danone y Associated British Foods. Juntas, estas empresas matrices monopolizan la industria de los alimentos envasados, ya que prácticamente todas las marcas de alimentos disponibles pertenecen a una de ellas y todas estas marcas son en la mayoría de los casos accionistas mayoritarios estos fondos de inversión.

Por si no queda claro, podemos dar otro ejemplo, tres de los cuatro principales accionistas institucionales de Coca-Cola son idénticos a los de Pepsi: Vanguard, Blackrock y State Street Corporation.

El accionista número 1 de Coca-Cola es Berkshire Hathaway Inc (su dueño es Warren Buffet el mismo personaje que aceptó la existencia de la lucha de clases así como aceptó que su clase nos está dando una paliza).

Por lo tanto, Pepsi y Coca-Cola son todo menos competidores, lo mismo aplica en cualquier ejemplo de marcas mundiales que simulan contraponerse.

Por ejemplo en el mercado tecnológico hay 10 grandes empresas tecnológicas entre ellas se encuentra Apple, Samsung, Alphabet (empresa matriz de Google), Microsoft, Huawei, Dell, IBM y Sony.

El monopolio se configura de la siguiente manera; Facebook es dueña de Whatsapp e Instagram. Alphabet es dueña de Google y de todos los negocios relacionados con Google, incluyendo YouTube y Gmail. También es el mayor desarrollador de Android, el principal competidor de Apple. Microsoft es dueña de Windows y Xbox. En total, cuatro empresas matrices producen el software que utilizan prácticamente todos los ordenadores, tabletas y teléfonos inteligentes del mundo.

Facebook tiene más del 80% de las acciones en manos de inversores institucionales, y los principales poseedores institucionales son Vanguard y Blackrock, y desde finales de marzo de 2021. State Street Corporation es el quinto mayor accionista

Apple tiene como principales cuatro inversores institucionales a Vanguard, Blackrock, Berkshire Hathaway y State Street Corporation

Microsoft tiene como sus tres principales accionistas institucionales a Vanguard, Blackrock y State Street Corporation.

No importa el sector en el que nos fijemos, los principales accionistas, y por lo tanto quienes toman las decisiones, son los mismos: Vanguard, Blackrock, State Street y/o Berkshire Hathaway, en prácticamente todas las grandes empresas, se encuentran estos nombres entre los 10 principales inversores institucionales.

Por si fuera poco, una de las cosas más sorprendentes de este esquema es que los inversores institucionales -y hay muchos más que los cuatro principales en los que nos hemos centrado aquí- también se poseen entre sí, es decir estos mismos fondos son accionistas de las empresas que completan las listas de los 10 principales inversionistas de todas las grandes empresas del mundo.

Podemos decir que la estructura capitalista siempre fue piramidal, pues los inversores institucionales más pequeños en las grandes empresas, como Citibank, ING y T. Rowe Price, son propiedad de empresas de inversión más grandes, como Northern Trust, Capital Group, 3G Capital y KKR.

Estos inversores, a su vez, son propiedad de empresas de inversión aún más grandes, como Goldman Sachs y Wellington Market, que a su vez son propiedad de empresas aún más grandes, como Berkshire Hathaway y State Street y en la cúspide de la pirámide, se encuentran Vanguard y Blackrock.

Estos fondos no sólo son los mayores inversores institucionales de todas las empresas importantes del planeta, sino que también son dueños de los otros inversores institucionales de esas empresas, lo que les da un monopolio total.

Ahora bien ¿qué viene hacia el futuro con estas dos Torres dominando el mundo?

Desde 2017 el medio Bloomberg determinó que BlackRock Inc. y Vanguard Group, son los administradores de dinero más grandes del mundo y presagia que están a menos de una década de administrar un total de $ 20 billones, según sus cálculos de Bloomberg News.

Acumular esa suma probablemente revolucionará la industria de gestión de activos, intensificará su propiedad de las empresas estadounidenses más grandes y pondrá a prueba los pilares gemelos de la eficiencia del mercado y el gobierno corporativo.

Nada menos que el fundador de Vanguard, Jack Bogle se burlaba el 28 de noviembre en el Consejo de Relaciones Exteriores en Nueva York diciéndo que «Es una pena que no haya más gente en el negocio de los fondos».

Por si fuera poco BlackRock presta dinero al banco central, la reserva federal, y es su principal asesor, es decir estos fondos también se encargan de sostener el financiamiento a los gobiernos del mundo.

De hecho, decenas de empleados de BlackRock han ocupado altos cargos en la Casa Blanca bajo las administraciones de Bush, Obama y Biden, BlackRock también desarrolló el sistema informático que utilizan los bancos centrales.

Pero eso no es todo, pues el mayor accionista de BlackRock es Vanguard, pero Vanguard tiene una estructura única que nos impide ver quiénes son los verdaderos accionistas, se concluye que la élite propietaria de Vanguard no quiere que nadie sepa que son los propietarios de la empresa más poderosa del planeta

Para dimensionar su poder de Vanguard podemos decir que en 2016, Oxfam informó que la riqueza combinada del 1% más rico del mundo era igual a la riqueza del 99% restante, mientras que en 2018, se informó que las personas más ricas del mundo obtienen el 82% de todo el dinero ganado en todo el mundo en 2017, dichas estadísticas de desigualdad son provocadas por este fondo de inversión.

Insisto el problema de la pobreza es una desicion política, pues la riqueza esta organizada por el sistema para concentrarse de manera monopólica por Vanguard Group.

Podemos suponer que los propietarios de Vanguard se encuentran entre el 0,001% de las personas más ricas del planeta, pues según Forbes, en marzo de 2020 había 2.075 multimillonarios en el mundo que podrían estar dentro de los dueños de Vanguard, todos ellos heradoron sus fortunas generacionales, de extensos linajes de dominación.

Esto significa que Vanguard está en manos de las familias más ricas del planeta, y entre las familias que ayudan a administrar esta riqueza, se encuentran los Rothschild, la familia DuPont, los Rockefeller, la familia Bush y la familia Morgan, por nombrar algunas.

Muchos pertenecen a linajes reales y son los fundadores de nuestro sistema bancario central, de las Naciones Unidas y de casi todas las industrias importantes del planeta.

Este poder hace pensar a muchos analistas financieros que estos fondos están haciendo un gran esfuerzo por llevar a la población y a los gobiernos a la bancarrota pues de esa manera seria más fácil para los banqueros centrales tomar el control mundial, lo llaman el golpe de estado financiero.

Parece ser que las identificaciones y pasaportes digitales, junto con la moneda digital del banco central, ambas propuestas impulsadas por estos fondos, serán herramientas claves para terminar por controlar la sociedad desde el sistema financiero, pues de esa manera tendrían control total sobre el valor o dinero existente, al ser sus sistemas por donde fluya toda la información.

El sistema financiero seguirá complementando sus mecanismos de control a través de nuevos dispositivos tecnológicos de monitoreo permanente y no solo me refiero al sistema de videovigilancia en dónde se incluyen nuestros dispositivos domésticos, sino en las nuevas tecnologías cómo la anunciada por J. Michael Evans presidente de la mega empresa mundial Alibaba.

Y es que en mayo de este año Klaus Schwab, presidente de el foro económico más importante del mundo, el Foro económico mundial de Davos,

se dirigió a los más de 2.500 líderes empresariales y políticos del mundo presentes en el encuentro para pronunciar que «el futuro lo construimos nosotros, una comunidad poderosa con todos ustedes aquí en esta sala».

Y no está mintiendo, en este foro se reúnen muchos de los principales representantes visibles del dinero y el poder de las familias más elitistas a nivel mundial por lo que sí, son una comunidad poderosa y con sus acciones construyen el futuro de la humanidad, estemos o no de acuerdo.

En el Foro de este año, J. Michael Evans hablo sobre sus planes de terminar de desarrollar un rastreador individual de la huella de carbono.

Lo cual en palabras de Michael, se podrá rastrear dónde viajan, qué comen y qué consumen en la plataforma.

Para darnos una idea del poder de este hombre sobre el futuro, debemos recordar que Alibaba vende más en cifras totales que Amazon y Ebay juntos, por lo que se deben tomar muy en serio sus declaraciones.

Ahora bien las repercusiones que se podrían llegar a tener con intención o no, es que se tenga mayor control sobre las personas al darles un determinado número de movimientos permitidos para no sobre pasar su conteo de su huella de carbono.

Esto a pesar de que expertos como Aleida Azamar Alonso, profesora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), sostengan que cien grandes empresas generan 71 por ciento de la contaminación global.

Además de que 1% de los ricos del mundo fue responsable de más del doble de las emisiones de gases de efecto invernadero que los cerca de 3.100 millones de personas que conforman el 50% más pobre, esto según Oxfam Intermón a través de su informe llamado «Combatir la desigualdad de las emisiones de carbono», en el que detalla el impacto de las desigualdades sociales en estas emisiones y confirma que los sectores mas bajos no son los responsables del cambio climático.

Por lo que no sé debería culpar ni limitar a las personas del común, sino por el contrario sé debería modificar el modelo de producción, pasando de un modelo extractivo, depredador y desigual, para buscar colocar en el centro del pensamiento económico a la naturaleza, el hombre y a su felicidad.

De no ser así propuestas como la de Doconomy Mastercard, de hacer una tarjeta de pago que límite tus compras después de rebasar tu tope de huella de carbono, o la de limitar los vuelos comerciales, aunque no vayan a limitar los vuelos privados de los jets dónde se transportan los multimillonarios.

Queda claro que los poderosos ponen las leyes para la gente del común, no para ellos mismos, en eso radica su poder, en instalar la voluntad de la clase dominante como una regla que se debe obedecer de manera coercitiva gracias a los instrumentos disciplinarios que pose, cómo la policía, los tribunales, las cárceles o el ejército.

Es bien sabido que existe una división mundial entre países productores y consumidores la cual se a vuelto insostenible, ya que la marcada desigualdad productiva está provocando severos problemas en nuestra era.

Entre los problemas que se generan ubicamos la migración, el desempleo, la baja productividad etc. Estos son solo síntomas muy marcados de esta enfermedad llamada desindustralización y que se a vuelto la vuelta de tuerca que el capitalismo hegemónico está realizando para generar una relación de dominación muy superior y sofisticada entre las élites y la gente del común.

Al no haber suficiente oferta para abastecer el mercado de bienes elaborados e incluso materias primas, problemas como la inflación y la devaluación generan en la mayoría de los casos la contratación de deuda por parte de los gobiernos de los países con estos fondos de inversión (Black Rock y Vanguard Group).

Es así como estos fondos de inversión siguen colocando grilletes en los tobillos de todos nosotros, solo basta con que agotemos un poco la mente para escucharlos.

“Dadme el control del suministro de dinero de una nación y no me importará quién redacte sus leyes.» Mayer Amschel Bauer Rothschild

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