
Agáchate una y otra vez, vuelve a agacharte ante ellos, vive continuamente agachado, haz caso a todo lo que te dicen; porque ellos son los que mandan, los poderosos, los dueños de todos los poderes, la economía está en sus manos, la justicia es manejada por ellos, el poder político les pertenece y tu le ofreces día a día el poder de tu vida, el poder de manejarte a su antojo como una marioneta, de jugar contigo cada vez que lo deseen; y cuando se cansan, te dejan en la estantería por un rato, hasta que se les ocurra otra nueva forma de jugar contigo, manejarte y manipularte; y entonces tu vuelves a agacharte, a agachar la mirada, a agachar tu espíritu, si es que te queda algo todavía; vuelves a dejarte organizar la vida por unos mentirosos, mediocres y corruptos; regalas cada día tu valiosa libertad, para ponerte en el lado de la esclavitud y decirles: «hoy también estoy listo para morir».
¿Cuánto más quieres sufrir?
¿Cuánto más estas dispuesto a llorar?
¿Cuánto más quieres ser esclavo?
No podemos huir de ellos, pero tampoco debemos rendirnos, aunque te estén apedreando por fuera, tu interior está fuerte e intacto; no te quedes mirando la puerta cerrada que te ofrecen, dales la espalda porque detrás tienes una ventana abierta que te permitirá escapar al mundo de la libertad …
…¡HUYE!,…
… y después, mírate al espejo, acepta tus cicatrices, pero no te obsesiones intentando recordar como te las hiciste, …
…¡OLVIDA!, …
…dibújate una gran sonrisa en tu cara y mantén contigo el poder de tu libertad, de tu vida, el poder de decidir lo que quieres hacer, cómo, cuándo, dónde, porqué y con quién.
Sé libre para elegir y decidir por ti y no olvides nunca que tu mayor poder es AMAR.
No vuelvas a agacharte ni a entregarles tu poder, porque no podrán con nosotros, porque sin nosotros, ellos no son nada.
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