Que casualidad que me hayo otra vez en la soledad y en compañía conmigo mismo. Desde que aprieto y suelto los parpados para poder existir, y con las ganas no tan suficientes para poder sentir la belleza y la plenitud de un día nuevo. Y es que, uno nunca sabrá lo que proviene de las situaciones venideras, de las nuevas aventuras enriquecedoras como catastróficas. Me digo ampliamente, esta es la provocación misma de la vida en poder desarrollar mi esencia, lo único que promete ser perpetuo. Quiero compatibilizar con todo lo que me rodea.
Levanto rápido este estuche corporal el cual guarda el espíritu de un aventurero, un cazador de promesas y con la impaciencia de seguir el camino aun no hallado. Tomo rápidamente la ducha matutina y enriquezco los oídos con asombrosas melodías antiguas del romanticismo de Erik Satie. ¿Qué me estará esperando en este nuevo andar? Aun no lo sé, porque quiero ser el espectador numero uno de las fascinantes coincidencias que se tornan en colores semi fugaces.
Preparado para hallar lo impensable, tomo un par de minutos para respirar tranquilamente pues el paso que daré esta vez sea la respuesta que estoy hallando, ¿Será el perdón por ser sumamente afortunado en andar? Me refiero a lo dadivoso que es el ser compuesto de tantas cosas que lo único que falta es reestructurar y edificar lo que sentimos. Y es ahí donde me vuelvo un pensante sin remedio, me enfermo de las caricias de sueños sin objetivos aun presentes, me revelo.
Tomo la avenida principal de esta ciudad que huele a libros antiguos, paso un par de calles y aprieto el paso al compás de una melodía trillada. Observo a la gente pasear con sus familias, a los que esperan largas filas, a los ausentes solitarios que observan desde su balcón o su local el tiempo pasar, a las parejas amorosas que no se sueltan la mano y en general al movimiento mismo de la sociedad. Es fascinante como esto tiene una construcción única, que son varios años de propósito humano para realizar en conjunto una ciudad. ¿Qué será que mueve a esta gente a seguir aquí? Aun no lo tengo de todo claro pues tendría que suponer su voluntad. ¿Qué seríamos sin la tan mencionada voluntad? No podríamos hallar una forma básica y continua de vivir. Prometo que esos chismes de la fuerza de voluntad tienen un respeto enorme en el proceso de la tangibilidad que proviene de nuestros deseos. El universo, que se expande y se transforma a cada momento, tiene una naturaleza que no se demuestra completamente ante nosotros. Y si es verdad que nosotros somos parte de esta naturales, ósea que es causa de todo lo que conocemos, entonces yo solo soy parte de ella, así como mi mente y mi cuerpo, entonces si yo soy vida como parte de la naturaleza causal ¿qué es lo único que me mantiene en la lucha del existir? No más que mi voluntad, sin ella no sería nada. Cuando decido la acción ultima de mi pensamiento y las vuelvo verdad, ese ultimo instante que no tiene métrica temporal, sino que es un instante tan rápido y corto del pensamiento y la acción, esta allí mi voluntad. Se le puede confundir con decisión, pero va más allá, si todo lo que ahora soy se constituye en materia proveniente los entes universales, lo único que tengo y es único es mi voluntad.
Subo por las calles más antiguas de esta ciudad con cierta tradición minera. Pasa por mi vista un par casas con estilo colonial, las cuales se hallan cuidadas como un patrimonio histórico, y me da esa sensación de la cantidad de vidas que desfilaron por allí. Y que por una extraña razón pudieran coincidir conmigo de que el arte que constituye esas antiguas residencias son algo sorprendente. Ya hallándome en la punta de la calle que da para el centro, tomo una cuesta abajo, bajo con paso más lento, y es que me estoy fascinando de lo que ahora mi imaginación esta provocando.
Ventanas chaparras que no alcanzan ni la mitad de mi estatura y una corredizo de casas antiguas son las que observo minuciosamente. Ohh ¿qué es eso de allí que me está provocando mis ansias de existir? y es una simple pared de una casa antigua, vaya que magnifico toque del tiempo te dado pared derruida. ¿Será que te estropeaste por maneras naturales? o ¿será que algún ingenioso artista de las melancólicas películas de terror te habrá creado? No lo creo hay algo que tiene que cuadrarme del porque estás así de derribada. Entonces viene a mi mente con la ayuda de la imaginación una escena como de pelicula de terror casi estilo de Dario Argento. Me conmueves tanto, pequeño pedazo de historia. No sé quien más te habrá encontrado excitante, pero lo que si estoy seguro es que yo te siento. En ese instante casi como un designio profético retumba en mis oídos una canción de Goblin de la pelicula Profondo Rosso. Y mis cálculos se vuelven fríos, y me hago la tarea de resolver este conflicto racional que veo llegando a mi pensamiento poco a poco.
Si eso que me hace sentir exaltado y apasionado a través de la fuerza de la imaginación, que se transforma en pensamiento constructivo y racional. Ese choque del sentimiento en pensamiento poéticos, lo que ahora mismo me hace sentir esa pared, escena misma del desenlace fatal del romance hecha muerte. Si eso que arde de pasión y cruza el puente de la imaginación, lo sublime, para mi es arte, ¿De dónde proviene este arte? Entonces con una ráfaga fuerte de aire casi estirando mis orejas y secando mi garganta se perpetúa en viento. Así que es el viento que ha dejado así a tal dichoso trozo de arte. Como eleva mi espíritu encontrar una respuesta que alivie mi pasión. Entonces yo no quiero ser más nada, sino que viento para poder hacer lo sublime del arte y así apreciarme a mi mismo, a mi esencia, mi verdadero yo.
Tomo el trazo del recorrido que llegaba hasta el final del sendero místico, donde los pies se sienten cansados pero las ganas de rendirse jamás. ¿Qué otra cosa me esperará? Será que esto sea la bienvenida para cosas venideras, buenas o malas, lo único que tengo es mi existir y eso nadie me lo puede arrebatar.
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