«EL PERGAMINO»

«EL PERGAMINO»

Era una persona adulta, no era imberbe, al contrario poseía una gran barba, canosa y abundante, que se unían a sus bigotes igualmente largos, su vestimenta era blanca, parecía un anciano del medio oriente, nunca cruzamos palabra alguna, pero su tierna mirada me recordó inmediatamente a mi madre, ya que rebosaba de amor, mucho amor.

Al parecer sabía de mi problema, era como si me conociera de toda la vida, incluso desde antes de ser concebido, todo pareció tan real, lo vi muy cerca de mí, de pronto levantó sus brazos y al abrir sus manos, empezó a desenrollar un pergamino de plata, muy fina, con letras en color oro, y dicho pergamino le cubrió todo el pecho, tenía tres columnas, la de la derecha decía:

«BASTELE A CADA DÍA SU PROPIO AFAN»

Rápidamente me escurrieron lágrimas en los ojos, pues esas palabras eran de gran poder para mí, luego leí lo que decía la columna izquierda:

«POR NADA ESTEIS AFANADO»

Me quebré, reconozco que como humano fui débil y lloré, pues siempre había leído y escuchado dichas frases, pero nunca me habían llegado al corazón.

La tercer columna tenía más información, era la del centro, pero no puedo recordar lo que decía, sé que habían letras ahí, pero llevo horas, días y meses intentando recordar, sin embargo no puedo.

Todo parecía como un sueño, y realmente he llegado a la conclusión de que todo problema tiene una o varias soluciones, que la bendición llega por la puerta trasera, y a veces viene disimulada por una frustración temporal, que después de la tempestad llega la bonanza.

Hoy en día aprendí que la columna del centro, debe ser el resultado de obrar en fe según las columnas de los lados, es decir dejarlo todo en manos de Dios padre, del ABBA KADOSH.

Finalmente, sí; fue un sueño, lleno de sabiduría y que trajo una profunda e infinita paz a mi vida.

Autor: José Antonio Maas Cruz

San Francisco de Campeche a 7 de Marzo de 2018.