Completado, incompleto. 
Inmensurable el aburrimiento que siento,
incomprensible la agonía de seguir vivo,
inevitable fingir una alegría que no está,
imposible recuperar ese aliento de paz.
Abundante el tiempo que no sobra,
carente ese odio que nunca se fue,
los relojes que cobran arrepentimiento
del pasado que sin pies se fue corriendo.
Medimos distancias y las exigimos,
decimos palabras sin medirlas,
contamos historias sin terminar,
morimos teniendo nada que contar.
Así se va la vida en un minuto,
quizás dos, poco más o menos,
nacemos, jugamos a reproducirnos
y morimos abyectos y obscenos.
Me da mucha pena, por mí,
porque no sé lo que viviré,
porque no sé si quiera seguir,
evitando, caminando, ignorando…
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