Entre
las venas te ando buscando.
En
un circuito de amatistas verdes
o
en un cenicero varado en la playa,
te
ando buscando. Cierva de las mil
cornadas,
de los sucesos imprevistos,
de
las avenidas solitarias. Del ruido
a
mar, y de las espumas concretadas.
Varado
como estoy entre espejos diminutos,
sorteando
labios como espadas, buscándote
el
tiempo se me pasa, cercana ribera u orilla
destinada.
Quizás entre paredes, lejos del
agua.
Entre ladrillos y pólenes, cerca
de
la primavera cárdena, con caballos
y
sin ellos, por las praderas de mi infancia.
©
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