Caminar sin ti.

Difícil fue caminar sin ti, erróneamente mi felicidad dependía de ti, jamás tuve el amor propio necesario para darte el que merecías.

Te diste la vuelta dejando una luz casi imperceptible, me di la vuelta haciendo lo mismo.

Mis días transcurrían y superficialmente parecía que estaba bien con eso, pero internamente tenía una de las peores luchas que he tenido, luchas que me hacían pintar sonrisas exageradas al mundo exterior, sonrisas forzadas, que de alguna forma se mostraban auténticas hacía los demás.

Pasó algún tiempo, y yo pedía jamás encontrarte en la calle, estaba seguro que si lo hacía, podría titubear en mis decisiones.

Pasó más tiempo, y fui en contra de mis pensamientos, de mi voluntad, o tal vez quería saber que sentiría al verte. Te pedí vernos para que me entregaras un objeto que te habías quedado, mi mente estaba enfocada en solo ir por lo que te pedí, aunque una extraña parte de mi, me hacía querer quedarme a platicar contigo.

Llegaste, mi corazón comenzó a palpitar rápidamente y pensé (¿en serio, después de tanto tiempo?), ví tus manos temblar al entregarme lo que acordamos, te vi a los ojos y superficialmente estabas bien, aunque te conozco, y sabía que no estabas del todo bien, habías perdido la luz que llevabas en la cara cuando te conocí.

Y sin pensarlo nos quedamos a platicar por horas, al final me abrazaste, yo lo hice también, te olí, tu PH seguía siendo el mismo que olía al despertar, lloré, hasta la fecha no sé porqué lo hice, pero lloré como un pequeño niño mientras te abrazaba.

Ahora te haz vuelto a cruzar en mi camino, realmente aprecio eso en demasía, y admito, estoy muy emocionado y sé que tendré tropiezos, soy un humano muy sensible, digo quien no lo es, pero me cansé de ocultarlo.

El caminar sin ti a mí lado me ha enseñado que si te vas, la vida no se acaba, me ha enseñado a caminar solo, con amor propio, sin pretensiones, sin especulaciones, sin esperar nada de nadie y de alguna u otra forma, sin darte cuenta, me has dado una de las más grandes lecciones de la vida.