El sol daba de lleno en su cara, sus gafas de fondo de botella no ayudaban con el reflejo del sol, a lo lejos, la gran montaña, nadie antes había escalado esta; el calor era notable y el sudor hacia resbalar sus gafas, lentamente avanzó entre las piedras arrastrando los pies por el largo camino que tubo que cruzar para llegar, sus rodillas, raspadas por la caída al inicio de su larga travesía aun sangraban; volteó lentamente para confirmar que nadie lo seguía o aún no lo alcanzaba, cualquiera de las dos opciones era buena.
Siguió avanzando hasta llegar al pie de la montaña, volteó una vez más y a lo lejos, una sombra se acercaba, una sombra que bien reconocía, aquella sombra que había evitado su acometido semanas antes, ahora estaba muy cerca. Empezó a escalar y el cansancio acumulado se hizo notable, no iba ni el principio cuando el sudor de sus manos lo hizo caer de espaldas, su pesada mochila fue la causa principal de esta caída, así que se deshizo de esta, la sombra ahora más cerca se apresuró. Volvió a empezar su escalada y la sombra llegó a la base, la sombra trató de alcanzarlo pero nuestro explorador fue más rápido y tardó poco en llegar a la cima; el sol, reflejando en la superficie del tobogán, hizo que Jorge cerrara un poco los ojos y lo hizo trastabillar. Un grito ahogado se escuchó al pie del tobogán, su madre, ahora espantada alzó los brazos.
-Madre- dijo Jorge – lo he logrado, he llegado a la cima, ningún otro niño ha echo esta gran hazaña -a lo lejos se escuchaba el sonido de la campana que marcaba el final de las clases y los niños se apresuraban por llegar al parque, todo esto pasaba sin que nuestro aventurero se diera cuenta- ¿he caído?, si lo he hecho y todo para estar en este lugar, este era mi mayor reto en la vida y ahora estoy por cumplirlo
los niños empezaban a llegar al parque y aquellos que iban a intentar escalar el monte de plata de sorprendían de ver a Jorge en la cima y se colocaban al rededor de esta; Jorge se empezó a dar cuenta de esto y se espantó, se agarró de los barandales y se preparó para deslizarse “bájate de ahí gordo” decían algunos “lo vas a romper” “eso no cuenta, tu mami te ayudó”. por otro lado decían “¿quién es el?” “es aquel gordo que siempre se sienta al fondo y se la pasa imaginando cosas” “se va a caer, estoy segura”. La atención estaba puesta sobre esta y se preparó, se sentó en la orilla y con un movimiento de brazos se dejó llevar, el trineo sobre el cual estaba le hizo deslizarse con mayor rapidez, a la mitad del trayecto sintió que una piedra de daba al costado de la cara; sus lentes se rompieron y sin darle importancia se inclinó para aumentar velocidad y caer como había visto a los niños grandes hacer, la rampa ahora era visible, al llegar ahí tendría que saltar con todas sus fuerzas para dar un giro y caer de pie, otra piedra fue arrojada hacia su cara y esta de dio en un ojo, estaba demasiado cerca, era ahora o nunca; se levantó de su trineo y saltó con todas sus fuerzas; todos veían como caía lentamente y al llegar a la recta final saltó y cayo como nadie lo imaginaría
al llegar al suelo todos callaron – lo logré- dijo – lo he hecho- y todos aplaudieron y lo felicitaron
FIN
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