Poema a Pachuca
Por: Marisol Enriquez Pérez
Pachuca, sonrisas esparcidas por el viento,
te recuerdo al instante y estando presente,
contemplo la colosal tranquilidad de tu gente,
su ir y venir sin prisa y sin arrebato.
Eres una joya enclavada en montes,
con tus vertientes subterráneas de plata y oro.
En tu ciudad existen hombres y mujeres
con júbilo y esperanza, por eso te adoro.
En tus túneles se encuentran sepultados
sufrimientos y recuerdos de los antecesores;
destellos de luces, de colores y sombras.
Interrumpe mi visión la vida moderna,
entre verdes ilusiones y blancas promesas,
lapsos de alegrías, encuentros y despedidas.
Julio de 1998.
En mi blog de Poesía pueden encontrar algunos datos de la historia del Estado de Hidalgo y de la capital del mismo.
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