El barranco

Al mirarte veo tranquilidad, siento como toda mi pena se desvanece, siento resuelto miles de conflictos y que la humanidad tienen sentido, como todo un pesimista volviste está triste alma un arcoíris del cual puedo escupir diariamente. 

Como todo un pesimista, supe que todo era mentira, que simplemente quisiste exprimir la poca alma que me quedaba, que sin talento tu veías algo que yo añoraba, tanto es mi rencor conmigo mismo que termino las cosas sin empezarlas y alejo a los demás apenas verme.

Como todo  un pesimista, corrí aunque sabia que había un fin, corrí aunque sabia que podía caer, sin levantarme solo me acosté, sin preocuparme por los demás solo quise descansar, podrido por el tiempo, sucumbir es lo que puedo hacer.

Como todo un pesimista: Podrido, sin alma y con lamentos, pude saltar al vació y encontrarte, en mi pena puede hallar el detalle de lo que podría significar haberte encontrado, sin conseguirlo, solo haber llegado a la mitad de lo prolongado, no era yo, que durante el mismo tiempo dentro de tu barranco querías encontrar, en mi balbuceo te viste reflejado y decidiste apartar.

Como todo un pesimista albergado en una indecisión, tu promulgaste la caricia y el despojo, tu quisiste confundir mis aflicciones, sin sentido y confundido de lo que podría suceder. 

Como todo un pesimista, volvería a saltar sin extrañar lo que podría dejar atrás, pero aprendiendo que posiblemente me volvería a levantar.