Otra vez estaba sangrando y me traslade al hospital para una transfusión inmediata de sangre y parar la ominosa cantidad de sangre que salía.
Me colocaron en el área de urgencias junto a Polo. Un niño que había sufrido una quemadura por agua caliente y el descuido de sus padres.
Polo me vio, y se quedó sorprendido al ver como se vaciaba la unidad de sangre. Y me preguntó:¿qué te pasó? ¿Te duele?
Le respondí: soy un vampiro y la sangre de aqui, sabe muy rico. Polo se sorprendió y me pidió con cierto temor, que no tomara su sangre,»porque tiene poquita». A lo que asenté con una sonrisa. Y continuó nuestra plática entre temas de caricaturas y superhéroes.
De repente, Polo me solicitó algo: ¿Me puedes llevar a volar? Le respondí, sí. En ese instante lo acosté y lo dormí.
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