dama de compañía

No todo lo que brilla es oro, dijo ella cansada y drogada de la vida, no es un trabajo que la mayoría de personas vean bien. Mas para ella era unas de las mejores salidas y beneficios de la vida; no todos damos con la misma suerte de emigrar y conseguir un trabajo digno, pues esta vez a más de una mujer que emigra le toca trabajar como dama de compañía como le digo yo, pero otros dirán diferente. Es un trabajo el cual se pierde tiempo y se tiene que aguantar unas cuantas cositas, y aun así pienso que es uno de los trabajos más difíciles. Ella me decía que no lo hacía por dinero fácil si no por su hijo, no se volvió adicta a las drogas por que quiso; si no porque es mejor no estar en sus cinco sentidos y olvidarse del mundo donde estaba, que no todas las personas la ven bien. Que trabajar en una casa de chicas, que no come bien por no engordar, que los hombres se fijan en un físico y que les va bien si son delgadas, que lleva un año allí, desde entonces no duerme bien. Que tiene ojeras de mapache y que cada día piensa que se está perdiendo el crecimiento de su hija por buscar un futuro mejor. Cree que las personas solo la miran para sexo y ya ni en el amor cree. A veces los miles de trabajo que salen ni le pagan la mitad de lo que se gana en una semana allí. No todos los clientes que la elijen son buenos. Tampoco se queja porque cada cliente paga por su servicio y en ese tiempo debe aguantar lo que el cliente quiera hacer. Que no todos se duchan, no todos huelen bien, se rio y me dijo a veces las mejores decisiones son las que nunca has tomado. Y que la mejor pérdida de tiempo es entrar y ver que no ay salida ni regreso de un lugar así. Que abunda la envida, la maldad y las drogas, estar en un lugar así es parecida a la cárcel, tu das lo más valioso que es el tiempo, y recibes algo que no vale ni la mitad de lo que has dado.