No podría seguir luchando, mientras tus estén inundados, estén quebrados y no pueda hacer nada para remediarlo, quiero llegar a tiempo para tratar de detenerlo, es imposible y ambos lo sabemos. Gritar a mí antojo, para que escuches desde lejos. Tu luz se apaga mientras enciendo mí cigarro, y el humo se desvanece cómo lo hace tu recuerdo. El reloj es mí enemigo, y los días me acorralan, creo en ti como lo hago a diario. Y le pido a Dios que no me abandone y me deje a mí suerte. Mis piernas temblando y no de placer, busco desesperadamente tu amor elocuente y para mí sorpresa obtengo un laberinto en el que sol se pone cuando tu has dormido lo suficiente, y a oscuras no puedo ver porque la luz no es gratis aquí al parecer.
¿Debo rendirme?
O seguir a mí suerte, eso lo dejo para cuando el sol deje de ocultarse
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