Del
tiempo no hay que esperar
nada
bueno; es como el viento,
que
sólo arrastra manzanas podridas.
Hojas
entre el barro disueltas.
Leves
acordes de una guitarra muerta.
Del
tiempo, si acaso, puede esperarse
una
didáctica de las cosas leves; la neutralidad
de
los llantos en épocas bárbaras y efímeras;
como
ésta. Considero llevar la lección bien
aprendida,
como algo sustantivo y no liviano.
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