En una fría noche de junio

En una fría noche de junio

Perdí la prepotencia, el orgullo
forastero; el caudal helénico…
Hui de la clemencia, y me enfrente
a la delicadeza entre el beso amargo
a cerveza y la caricia dulce de la bella
palabra…

Vació 

Codifique el código de tu alma, 
procese la información de tus
gestos, de tu mirada, del roce 
de tus dedos con los míos, 
congeniamos perfectamente, 
rítmicamente con nuestros 
besos, con tus caricias, y mis 
dedos que se divierten debajo 
de tus prendas…

– En instantes, el vació se fue 
desvaneciendo ante el calor 
de tu presencia.

¡Azúcar!

Nuestra cordura se traslapo al 
papel de la inconsciencia, y la 
inconsciencia adopto el rol de 
la consciencia misma a las 11pm.  

El regreso más fortuito, juegos 
del destino, ontología perfecta
cuando nos divertimos ante fuego
sigilosamente divergente.  

Somos capaces de bailar, somos 
capaces de hacer gemir nuestras
caricias… 

-Somos como el azúcar, 
predilectos de dulzura, predilectos
al deseo mismo de atraernos.  

¡Por Siempre!

Aunque el tiempo declare tu ausencia, 
tu mi bello ángel, desde tu nacimiento 
hasta el último día de tu partida te llevaré
eternamente en mis pensamientos, en mis
anhelos, en los suspiros de la media noche… 

Te orare, suplicando al cielo y al Dios 
mismo que muy pronto vuelva verte, tal 
vez físicamente ya no será pero 
espiritualmente nos volveremos a ver; y 
con ansías espero abrazarte; es un acto de 
fe, es un bello propósito que hoy mismo lo 
he trazado. 

Mi ángel, volviste a tu ciudad natal Los Cielos
mora  entre las estrellas ¡Y brilla, se el estelar 
de mi vida! Así como lo hiciste cuándo te tenía 
entre mis brazos.

-Te extrañare y te amaré infinitamente, hasta el día 
que nos volvamos a ver… Nunca te olvidaré, serás mi
oración de día, de noche y de madrugada. Te amo 
infinitamente, desde la tierra hasta los cielos. Serás 

mi por siempre y para siempre.   

Recorridos

Nuestras almas son transeúntes, conocemos principios, 
propósitos, sueños, tanto de lugares y personas que son 
ajenas a nuestra esencia, recorremos bellas sensaciones y 
experiencias que forman y nutren nuestra alma… 

-Somos ricos subjetivamente, vivimos de la buena palabra 
que traslada significados y sensaciones profundamente 
relevantes de nuestra realidad misma.
   



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