Sabes… no hace falta que pase un año ni alguna fecha para acordarme de ti, tienes tu lugar apartado en un sitio donde pocos pueden llegar, un lugar en cada uno de mis pensamientos y mi corazón.

Es imposible no recordarte por que en realidad no eres un recuerdo, eres un hecho, algo que trasciende en mi persona, un suceso, algo que me impacta de esperanza cada que abro mis ojos, de esos ojos que tuvieron la fortuna de verte y aprender de ti a cada paso que diste, de cada esfuerzo que hiciste para darme lo que podías, GRACIAS, porque no fue en vano, quisiera que vieras lo que hago todos los días por tener lo que alguna vez soñaste darme, creo que estarías orgulloso de mi, de ver que tus esfuerzos no han sido tirados a la basura, porque sin saberlo, yo recogía cada grano de vida que se desprendía de tu alma en cada momento que pase contigo.

Aunque parezca que te has ido llevándote parte de mí, no lo reprocho, porque me has dejado más de lo que te has llevado, tú me enseñaste a caminar y gracias a esos pasos tratar de llegar a la cima sin detenerme, y eso trato, trato de brillar como querías, de correr como me enseñaste, de vivir como soñaste, de esforzarme como lo hiciste en tu vida, porque yo conozco tu historia, tu pasado lleno de esfuerzos que hacen ver que lo que yo hago es simple, es nada, pero lo intento, intento ser como tú porque eres un ejemplo, y gracias a ese pasado has dejado una gran dicha mi tu presente. Discúlpame, discúlpame tanto por no hacerte ver lo importante que eras para mí, quizá te fuiste momentos antes en que yo lo entendería.

“Un millón de palabras no pueden hacer que vuelvas, lo sé, porque lo he intentado, tampoco un millón de lágrimas, lo sé porque también he llorado, tal vez lo único que duele más que decirte adiós, fue no haber tenido la ocasión de haberme despedido de ti, pero creo que eso no hace falta porque tú y yo sabemos que a pesar de tu ausencia siempre estarás aquí.”

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