Llevamos una memoria próxima y otra remota. La primera, de orden practica. La segunda -anterior a nuestra existencia- de la especie.
Somos conscientes de la memoria próxima y llegamos a pensar que es única. Y es que la segunda memoria no pesa sobre nuestros sentidos y se ejecuta de un modo autónomo, como el acto de la respiración.
Dependemos de ambas para arreglárnosla con el mundo circundante, para ser efectivos y operantes. Por ejemplo, cuando el niño inicia con la manipulación de objetos, no solo esta repitiendo una acción mostrada por sus adultos, sino repitiendo un acto natural para el cual fue hecho su cuerpo, o, tal vez, una acción que en la repetición de decenas de miles de años, fue construyendo al cuerpo humano.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS