Y ella se alejó de él sabiendo que no debía, le pudo más la desilusión por no escuchar de sus labios la frase más esperada durante tantos años: «vente conmigo» era simplemente eso, tan difícil sería?. Él la dejó marchar, quizás por miedo a emprender un futuro juntos, quizás por cobardía o quizás porque en el fondo no la quería lo suficiente…
Pasó noches en vela, bañadas en llanto, esperando una llamada, una pregunta, tal vez alguna respuesta, pero fue inútil, su cazador tal vez estaba pasando página o tal vez vivía ausente de lo que había perdido.
Ninguno de los dos dieron un paso y ausentes del pequeño destino que les venía en camino decidieron echar tierra de por medio, para él fue fácil, para ella difícil, de verdad le quería, de verdad sufría… pero logró superarlo, después de tanta insistencia se lo sacó de su cabeza, de su corazón y de su alma, o almenos eso creía.
Pasado unos meses allí estaba ella, enterándose de aquel pequeño destino que florecía dentro de su vientre, su sueño deseado, un hijo de aquel gran amor por el que tanto había llorado.
Entonces llegó a su mente la frase que le agobiaba: » me pregunto si llegado el momento le guste la noticia?»… Será que por fin él aparte su cobardía? Será que sin miedo alguno le pueda decir cuánta falta le hace? Será que al fin esa palabra «vente conmigo» se desvanezca y resurja un inesperado te amo?.
No!, ella no quería verle obligado a tal cosa, así que se alejó lo más que pudo llevándose con ella su secreto mejor guardado, su felicidad encaminada, su pequeño refugio y pensando que quizás en algún momento desvele a su siempre amado… su fiel destino tan bien encaminado
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