Emociones azules

He salido del pozo para entrar en otro con otras preocupaciones; sé lo que debo hacer pero aún estoy sentada pensando en la nada, esperando abrir los ojos y tener los problemas resueltos. 

Estoy paralizada, no me atrevo a darme la oportunidad de equivocarme. No quiero equivocarme, mi obsesión de intentar ser perfecta y mi frase «yo puedo sola», me impiden intentarlo. Ya no soy una cría pero tampoco me siento mujer. Siempre he sido pequeña pero ahora parezco insignificante. 

Se acerca mi cumpleaños y mis inseguridades también, ni el pastel de chocolate podrá calmar la amargura que sostengo en el paladar. La pesadez se expande y me vuelco en esa oscuridad otra vez. ¿Alguien podrá sostener mi mano? ¿Seré capaz de verme al espejo ante estos pensamientos? 

He prometido ser fuerte, valiente y no doblegarme pero, ¿porqué el mundo cae sobre mi pecho cuando tiene una órbita mas cómoda? La adicción de tener un mal raciocinio, me ha consumido. Tanto tiempo estudiando para ser pensante, inventora, científica, autónoma y médico para despertar y darme cuenta que solamente soy una soñadora. ¿Dónde está la pasión, la convicción y la disciplina?

MASZ