La escritura que dibuja emociones.

La escritura que dibuja emociones.

Redginger

23/05/2022

Pertenecemos a la generación sándwich. La generación de los años 80 ha visto el mayor cambio tecnológico de todos los tiempos. Nos situamos entre nuestros padres, los que son capaces hoy en día de recitar la lista de los reyes godos #  y los niños de ahora, incapaces de memorizar un número de teléfono que tenemos que pintar en sus brazos por si se pierden en el Parque de Atracciones.

Muchas mañanas cuando estoy en el pueblo mi madre me recita algún poema, le pregunto de quién es, no lo sabe, lo repetía mi abuelo. Lástima que no dejara nada escrito. 

Ahora es fácil abrir una nota en el móvil y apuntar palabras que nos gustan, como mis dos preferidas petricor # y arrebol #

La generación del sándwich, aprendimos mecanografía con la Olivetti # de nuestra casa y ahora nuestra mayor parte del tiempo estamos en una pantalla, buscando como poder preparar las clases a alumnos incapaces de copiar, incapaces de prestar atención, de estar desconectados de sus móviles. 

Los niños nos piden detalles de los personajes del cuento, necesitan dibujarlos en su mente. Lo mismo nos pasa con los adolescentes que tienen que entenderlo con imágenes. 

Nos faltan palabras de emociones en la vida cotidiana, pero sabemos ochocientas caras distintas que representan lo que sentimos, incluso un stickers es capaz de mostrar rápidamente lo que nos está pasando.

Al final la escritura no hace otra cosa que dibujar ideas, pintar personajes, dar color o moldear acciones desde el emisor al receptor y viceversa y todas las maneras que haya de hacerlo de una forma más plástica y fácil bienvenido sea. 

Es curioso porque cuando visitas una ciudad nueva  la recordamos de distintos colores, rescatamos momentos pintados. No sé porqué Valladolid para mi es gris.

Una ciudad que te pareció alegre es probable que la desdibujemos de amarillo. 

Me gusta imaginar el aura que tendrá la nueva persona que conozco, con sensaciones que me transmiten y no es tan distinto al Monstruo de colores con el que los niños aprenden las emociones.

Me acuerdo que mi abuelo recordaba en gris, quizá por lo oscuro de sus vivencias en la Guerra Civil española. Buen ejemplo de como Picasso pintó el Guernica.

Pero hay otras formas de comunicarnos, a través de la banda sonora de nuestra vida.

Nuestros días empiezan con canciones, nos enseñan la hora del baño, comer, el abecedario, y no debieron de hacerlo tan mal en aquella época porque los clásicos vuelven.

Y es que todos hemos cantado tengo una muñeca vestida de azul…

Nos hemos emocionado con alguna canción del verano, o nos hemos enamorado. Y para eso no hay palabras, ni para el amor ni para el desamor. Hay música 

Mi madre habla con los olores, cuando me levanto y huele a bizcocho me quiere decir, ya estás en casa, tranquila que todo va a ir bien.

Cuantas formas tenemos de comunicarnos, es precioso que cada uno tenga la suya, ojalá no nos mandaran callar tanto de pequeños y nos obligaran a hablar de mayores.

¿Y tu, como te comunicas?

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