Y aquí estoy yo de nuevo; con los brazos llenos de sangre y la boca seca.
Esa sensación de limpieza y calma sólo se siente el segundo después de pasar la suave navaja por tus brazos, suspiras con alivio al haber acallado las voces que te gritaron que lo hicieras.
Es extraño el placer que siente uno después de cortarse, es como sentirse cómodo y tranquilo. Sabes que hiciste está mal y arruinará tu proceso y aún así lo hiciste.
Y se sintió bien.
Ves a tu alrededor con los ojos llenos de lágrimas y el brazo ensangrentado. Pensando en las mil y un promesas que rompiste aquel día.
Pruebas la sangre para sentirte real y sabe…
¿A ti?
Puedes sentir todo el dolor que tuviste que pasar para llegar a ese momento de tu vida; lleno de cicatrices y con la cara apagada de tanto llorar.
Aún así sabes que en algún momento lo volverás a hacer si dejaste de recibir ayuda.
Así como yo.
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