Todo era obscuridad, la vida y la muerte nacieron a la par, capaces de destruir y crear. El equilibrio es lo único que puede mantener vivo al amor…
En unas parecidas vacaciones. Jae, una chica no como cualquier otra adolescente, obsesionada con los videojuegos y una vida nada social, era incapaz de salir de fiesta con amigos, quizá porque no los tenía, amante del basquetbol y fan de los cohetes espaciales. Es aquí donde todo comienza, todo esto empezó cuando ella tenía 19 años, decidió entrar en un sitio web para conocer a gente nueva, esa noche se topó con varias personas, hombres pervertidos, mujeres insinuantes, niños y varios adolescentes, al parecer no había encontrado a alguien especial para hablar, creyó haberse equivocado por haber entrado a una página de esas, apunto de salir de ahí, vio que tenía un mensaje de un tal “Berny”, ¿Qué tan interesante será este chico?, se preguntó ella, y sin más, decidió averiguarlo, decidió responder ante su mensaje, esa noche se quedaron hablando sin parar, hablaban de sus gustos por la música, animales, comida e incluso anécdotas, esa noche fue el tipo de noches que te preguntas como es posible conocer gente por una simple página, 5:00am, por la hora y sin más, decidieron ir a dormir por el cansancio, al día siguen Berny le pidió su número para poder charlar más a menudo, Jae se lo dio y se habría de quedar esperando su mensaje. Eran las 10:00 pm y el aun no le había escrito, habían pasado seis horas en que él no le había escrito, ¿ya no querrá hablar conmigo?, se preguntaba Jae, al dar la medianoche su celular recibió una notificación, al ver que era Berny, Jae sonrió y siguió una conversación, preguntándose un poco sobre ellos, edad y algunos gustos, surgió una duda, había algo de lo que no habían hablado, quizá no muy interesante, pero… ¿en dónde rayos vivía el?, se preguntaba Jae, capaz, decidió preguntarle, al darse cuenta que eran 3000 km de distancia, 3000 kilómetros que los separaban, pero sin necesidad de alguna preocupación ella siguió bien, sabía que en algún momento se dejarían de hablar y que no habría porque preocuparse de la distancia ya que no habría un momento en el que uno desearía estar con el otro.
Fue así como pasaban los días, llamadas largas por las noches, mensajes y más largos mensajes, se iban enamorando de la personalidad del otro. Un día por la noche el decidió cantarle, “Mi niña bonita sonrisa de princesa que es una obra maestra de los pies a la cabeza, risa perfecta, tan simple y tan coqueta….”, cuando el logro percatarse, Jae se encontraba llorando, suspirando él dijo: “quiero estar más cerca de ti, no más lejos de tu lado”, al parecer Jae se estaba enamorando de él, y como no hacerlo, eran parte de la rutina el uno del otro, en una ocasión Jae se encontraba triste ya que había recibido resultados escolares y no habían sido tan buenos como ella esperaba, ella esperaba más, en ese momento Berny la apoyo y trato de hacerla sentir mejor con unos cuantos malos chistes y si, así fueron pasando los meses, sin dejar de hablar y cada vez más llenos de cariño el uno por el otro. Video llamadas, largos mensajes, llamadas y más llamadas hacían desear algunos momentos juntos, momentos de felicidad. Así pasaban los días y meses, los dos sabían que su cariño era correspondido por el otro, Jae extrañaba cuando Berny no le escribía por estar en la Universidad pero aun así, lo esperaba con felicidad y así el momento de poder hablar otra vez. Un día en que Jae se encontraba de vacaciones con su familia, Berny dijo que tenía un par de cosas para decirle, “ya habíamos hablado un poco de esto”, le dijo, el necesitaba un tiempo, quería darse cuenta de lo que realmente quería y de la clase de chico que era, debían dejar de hablar y quizá olvidar. Eran varias las inseguridades de el, pero Jae sabía que era lo correcto dejarlo ir, ella sabía que no podía obligarlo a seguir, y eso hizo, se habrían de bloquear y olvidar, pero algo que Jae no olvidaría serían los lindos y buenos momentos. Al terminar sus vacaciones y llegar a casa, acostada y escuchando música triste, lloraba y se preguntaba qué habría pasado exactamente, pero no iba a poder saberlo, pasando el mes, Jae se sentía un poco más tranquila, debía seguir con su vida normal, sabía que llegarían nuevas personas a su vida y así fue, un día común en un servidor de música, se encontraba escuchando trap argentino cuando de repente escucho la voz de un chico, “Me llamo Sins, ¿te han dicho que tienes buenos gustos?, porque si no, yo te diré que los tienes”, Jae había olvidado lo que era hablar con alguien de lo que le gustaba, así que un poco cortante le respondió, “Me han dicho que soy ingenua creyendo en la gente que me dice que tengo buenos gustos, no sé si eso responda a tu pregunta”, al parecer Jae se encontraba algo insegura como para volver a hablar con un extraño, Sins trato de mantener una conversación tranquila, una donde ella solo tuviera que responder y sin necesidad de enojarse o tocar el mal genio que Jae se había creado. Aun así, ellos hablaron, de noticias, de videojuegos, de películas, de arte, de idiomas y de países e incluso algún tipo de mala broma. El siempre parecía un muchacho bastante inteligente e interesante, además de ser muy comprensivo y adorable, en poco tiempo Jae y Sins lograron mantener algún tipo de amistad, Jae sentía una inmensa atracción y admiración a su inteligencia y a su forma de pensar a pesar de que nunca había visto su cara, pero, no se lo hacía notar a Sins, Jae trataba de ocultar el interés. Él vivía en una ciudad bastante lejos de donde ella vivía, en realidad no solo era una ciudad lo que los separaba, sino varios países, esta vez Jae sabía que no había posibilidad de enamorarse de alguien por más perfecto que fuera, y así se mantuvo, con pensamientos hábiles sobre la distancia, “que tonto querer a alguien cerca de ti sabiendo que está a miles de kilómetros, no lo hare, no otra vez”, total, se mantenían en largas conversaciones por la noche, poco a poco se empezaba a notar más la confianza, pasaron de contar chistes malos a contar anécdotas personales, ya habían pasado dos meses de conocerse y de estas largas charlas, una noche en específico, al hablar con Sins él le habría de confesar sus sentimientos por ella, pero ella los habría de rechazar, sabía que no debía aceptar por más que lo deseara, él le dijo que no la obligaría pero esperaba que ella pudiera cambiar de decisión si es que así pasaba sino, él tendría que tomar la decisión de alejarse, pasando dos meses y al ver que el empezaba a robarse su cariño y a atraerle, uno de los días él le dijo: “Jae, yo quiero ir a conocerte”, usaban video llamada, pero no era igual, “y conocer tu país”. Jae pensó: “Ok. Está bien”, ella creyó que igual y no era verdad, solo una tonta ilusión adolescente.
A la semana siguiente Sins le había enviado un email donde estaba la confirmación de la aerolínea para la llegada a su país, el vuelo era dentro de tres meses. Ese email cambió todo. Ella se asustó, se alegró y no sabía que pensar. Ya no era el escuchar esa voz con ese acento romántico y dulce, no era el hablar por teléfono o chatear, era el tener a Sins de frente. Esos meses fueron eternos para él, porque ansiaba verla, el más que nadie moría por verla, aunque sus llamadas y mensajes se mantenían, sabía que así podría enamorar a Jae, aunque él no sabía que Jae si estaba enamorada de él. Como buena anfitriona, Jae decidió buscar lugares donde llevarlo, para que pudiera conocer su país y se fuera contento de ver su pedacito de cielo. Cuando llego el día en que pudieran verse, Jae por la mañana, se levantó, se bañó y arreglo para salir lo más rápido y llegar al aeropuerto, el avión llegaba a las 5:00 am, eran las 4:30 am cuando Jae salió de casa y de allí al aeropuerto eran 40 minutos, al llegar quizá unos minutos tarde, logro reconocerlo demasiado rápido, él le había dicho que llevaría ropa de playa y un lindo gorrito de unicornio, era el, estaba enfrente de Jae, ella tónica camino lentamente pero no, antes debía ir al baño, al regresar no lo veía, “¿buscabas a alguien?, Jae volvió y sin pensarlo, abrió los brazos y le dio un gran abrazo a Sins, “eres tú, en serio eres tú”, de ahí decidieron salir del aeropuerto para poder ir a alguno de los lugares planeados por Jae. Esas primeras horas donde hablaron y rieron fueron tan dulces, el la miraba con cariño y amor, los dos no podían creer ese momento juntos pero así fue, estaban tan cerca, al dar la noche ella dijo que irían a un hotel porque no había encontrado la manera de decirle a sus padres que dejaría entrar a un extraño a casa, “Espero no te lo tomes mal”, dijo Jae, Sins tranquilo y sin problemas dijo que podría pasar la noche en un Hotel, Jae no quería dejarlo solo, así que le sugirió quedarse, pasaron la noche bajo el mismo techo, en verdad estaban felices, “sabes, no estaba segura de que harías una locura como esta, solo por querer conocer a alguien que quizá no vale la pena” dijo Jae, “vale demasiado la pena, de eso estoy seguro”, dijo Sins. Pasaron cuatro días de estar juntos, fue así como Jae se dio cuenta que lo quería, no solo como amigo, sino como hombre. Estaba enamorada de un chico que conocido por el chat pero no sabía cómo admitirlo, solo sabía que estaba equivocada, que no debía ocultar sus sentimientos, merecía ser feliz y Sins era el tipo de chico que valía la pena, pero esperaría el momento indicado para confesar sus sentimientos.
Así transcurrió la semana juntos. Fue sin duda la mejor semana que Jae había tenido en meses, al lado de un desconocido que sentía conocía de toda la vida. Y fue así que llego el último día, ese que no quería que llegara para no alejarse de él. Estuvieron juntos toda la noche entre risas, platicas y mirando el amanecer juntos. Llegado el día de la partida de Sins, empacaron las cosas y se dirigieron al aeropuerto, la despedida en el aeropuerto fue demoledora para ambos, “toma, la he escrito hoy por la mañana, gracias por permitirme pasar estos días a tu lado”,Sins tomo sus maletas y se fue. De camino a casa Jae leyó la carta:
“Nunca pensé que sentiría lo que estoy sintiendo ahora mismo. Cada vez que vea el sol morir detrás de las montañas, y la llegada de la noche me cubra con su manto oscuro, recordaré tu rostro, frágil y fuerte mí querida Jae, y la oscuridad brillará en el esplendor inmortal de tu sonrisa. En ese momento oiré tu voz llevada por el viento, que me susurrará suavemente: te quiero, y una mano invisible tocará mi rostro, en una caricia.”
Jae sabía que valdría la pena arriesgar lo que ella creía perdido hace tiempo, no le temería al amor, sabía que estando con él lo único presente seria la felicidad y el amor. Aunque todo seguía igual: llamadas, chat, email, esta vez Jae se mostraba más interesada y él lo empezaba a notar.
Un día por la noche Jae recibió un mensaje, “Soy Berny, ¿me recuerdas o ya me has olvidado?”, Jae no podía creer que fuese el mismo Berny, pero si era el, que se supone que debía hacer, estaba teniendo una vida con buenos momentos como para que él se decidiera a hablarle. Sin responder, Jae ignoro el mensaje y opto por ir a dormir, a la mañana del día siguiente se dio cuenta que tenía varios mensajes, “Estoy en tu ciudad, Palermo es muy lindo cuando lo vez de cerca, ¿pero sabes que sería aún más lindo?, si, poder verte y caminar tomado de tu mano”
Ella lo que Jae respondió: “te he olvidado, no formas ya mas parte de mi vida, decidiste seguir con tu propia vida cuando quisiste olvidarme, cumple eso y a mí no me molestes más” En el fondo le había dolido esa trágica respuesta pero no lo necesitaba porque sabía que no lo necesitaba presente en su vida. Pensaba que le esperaban grandes cosas con Sins como para pensar en su pasado, siguiendo adelante con su vida, un día Jae decidió comprar un boleto de avión, necesitaba hablar con Sins, decirle lo que sentía, sin avisarle, tomo el avión y viajo a un nuevo país, sin idea de lo que estaba por enfrentar, llegar a un lugar sin conocer nada del exterior, solo a él. Esa noche él le había dicho que por la mañana saldría a comer algo de pizza con unos amigos, ella pregunto algunas referencias sobre el lugar, sin sospechas él dijo “es simple encontrar el lugar, es el único lugar de pizzas en mi ciudad”, al llegar a la ciudad habría de dejar sus cosas en un hotel e ir en busca de ese lugar, dejo sus cosas tomo su celular y algo de dinero, salió y tomo el primer taxi, le dio las referencias y llego, cinco minutos antes de la hora en la que llegaría Sins con sus amigos, a lo lejos lo vio llegar, esperaría a que se sentara y poder llegar por su espalda, “quiero estar cerca de ti, no más lejos de tu lado”, Sins la tomo y cargo con emoción, tuvieron una larga relación, llena de viajes, visitas el uno al otro, sonrisas y emoción, involucrando el conocer a sus familias y amigos, pero como toda historia, habría de tener un fin. Sins habría de encontrar a alguien cerca, Jae acepto la felicidad de Sins con alguien más, alguien que pudiera sentir más cerca de lo que sentía a Joe. Ella habría de seguir con su vida, recorriendo caminos de decepción y felicidad, manteniendo recuerdos de alguien que pudo ser especial. Esta no habría de ser una de las primeras historias de amor en sus vidas, solo habría de ser una muy especial.
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