Soto Morales Diego Fernando Grupo: 402

La vida de la vida

A mis 78 años, recuerdo cómo si fuera ayer, todo lo que sufrí y viví, y aún pasado todo este tiempo, sigo sin encontrar una respuesta lógica o con sentido, sigo sin poder comprobar porqué esto me ocurrió a mi. 

Todo comienza cuando yo tenía 5 años, dibuje por primera vez lo que más adelante sería una maldición para mi, el dibujo era una reliquia, era hermosa y en ciertos momentos de mi juventud llegue a soñar con ella, desde pequeño siempre me gustó la cultura egipcia, sus dioses, símbolos y sobre todo sus míticas leyendas que decían que podías tener contacto con algún dios, siempre y cuando firmaras un pacto de sangre con el que deseases contactar. 

Por otro lado, mis padres jamás me dijeron que tenia un hermano menor que llevaba el nombre de Jesús, yo siempre lo vi como mi amigo a pesar de que el no era solo mi amigo, era mi hermano, mi familia. Un día, papá rento una casa en el campo, en ese día Jesús y yo decidimos jugar a los exploradores, cerca de la casa donde nos quedamos encontramos una cueva abandonada, decidimos meternos sin pensar en lo que podría llegar a suceder, cayendo la noche nosotros seguíamos dentro de la cueva, pero comenzó a llover, lo que parecía una simple brisa se convirtió rápidamente en una tormenta que empezó a inundar la cueva de agua, yo pude salir sin ninguna complicación, pues era ágil y recordaba bien el camino por el que habíamos entrado, sin embargo Jesús no fue capaz de hacer lo mismo, solo podía escuchar sus gritos de desesperación, diciéndome que le ayudara. 

– ¡Oscar! ¡Ayúdame! El agua está subiendo demasiado rápido.

– Espera, iré por mi papá para que te ayude a salir, no tardó.

– ¡No, espera! No vayas por tus padres, se enojaran por habernos metido aquí sin permiso.

Unos momentos después de ese último grito, deje de escuchar la voz Jesús, corrí lo más rápido que pude hacia nuestra casa, para decirle a papá lo que había ocurrido, en cuanto llegue, pude ver como papá y mamá estaban tranquilos en la cocina tomando un café. 

– Papá, tienes que ayudarme, rápido, Jesús está en peligro 

– ¿Qué? ¿qué pasó, dónde está? 

– Está en la cueva cercana a la casa, el agua la inundó y Jesús se quedó dentro. 

– ¡Oscar, que mierda hicieron! 

En cuanto escucho mi última oración, corrió velozmente cuál leopardo, hasta donde estaba Jesús, y sin importarle nada, dio un salto como si fuera clavadista olímpico y entro a la cueva, pero lo único que logro sacar de ahí, fue el cuerpo inerte de Jesús. Aquella tormentosa noche me gane el odio de mi madre, yo era demasiado pequeño como para entender lo que sucedía, y jamás entendí porqué me odiaba, porque mi madre me había agarrado tanto odio, y sobre todo, porque aprovechaba cada momento para recordarme y reprocharme lo que había ocurrido aquel día. 

Pasado el tiempo, sólo podía observar con pesar, una foto nuestra en un parque de diversiones que más tarde cerraría sus puertas por un accidente. A mis 15 años de edad volví a soñar con la reliquia que de pequeño tanto dibujaba, pero jamás le tome importancia, pensé que solo era un sueño como cualquier otro. 

Yo extrañaba a Jesús, demasiado como para ser normal, aun así debía continuar con mi vida, y un par de mese después, ocurriría un evento que haría que mi vida cambiase completamente. Mis padres… habían fallecido en un accidente con el que días antes había soñado, un sueño el cual no le había tomado importancia pues hasta antes del incidente, sólo era una pesadilla, pesadilla la cual se había hecho realidad. 

Me había quedado solo, era huérfano y no tenía ningún otro familiar que pudiese cuidarme, ninguno de mis padres tenia hermanos y tampoco tenía abuelos, de todos modos me las apañe para conseguir un trabajo a medio tiempo, fueron tiempos sumamente difíciles, recuerdo que cuando cumplí 18, volví a ver a Jesús, era extraño, pues sentía que el no era real, pero aún con ese sentimiento, decidí no tomarle importancia , estaba tan feliz de verlo que nada podría importarme, aquel día hablamos, jugamos y comimos, nos divertimos como nunca, aunque ahora que lo pienso, desde ese día, un fuerte dolor de cabeza llegaba a mi cada vez que hablaba con él. 

Unos mese después de haber visto a Jesús, recibí una llamada suya, me dijo que haría un viaje por Egipto para hacer su sueño realidad, conocer a la cultura egipcia, y si todo salía bien, tal vez se quedaría a vivir ahí, yo le dije que en cuanto tuviera la edad lo alcanzaría en Egipto. Fueron casi 2 años de espera, pero el momento había llegado, cumplí mis 20 años y unos días después recibí la noticia de que había sido elegido, y que por mis esfuerzos arqueológicos, era acreedor a un viaje todo pagado a Egipto. 

Estaba demasiado emocionado, era el lugar donde estaba mi mejor amigo, lugar que yo admiraba, y el lugar que deseaba conocer desde niño. En cuanto llegue, intente buscar algún tipo de expedición, y afortunadamente encontré una, esta se llevaría acabo el día 21 de Julio, misma fecha en que Jesús, me había visitado cuando tenía 18. En verdad estaba muy emocionado por ello, y quería contagiar a Jesús con mi felicidad, así que decidí marcarle, el me contestó, le conté todo sobre el viaje y mi llegada a Egipto, el me respondía con mucha emoción, diciéndome que estaba súper emocionado, feliz de poder volver a verme y que tenía un sinfín de cosas que decirme. Todo iba de maravilla, a excepción de una cosa, empecé a sentir que estaba siendo observado, mire mis alrededores, y vi que las personas susurraban cosas, pero jamás entendí porqué la gente me observa tan raro, de todos modos ignore todo eso y terminé mi llamada con Jesús. 

Era ya la segunda semana en Egipto, y jamás pensé que en esa semana llegaría a conocer a la que más adelante sería mi novia, conocí a Laura, una mujer hermosa e inteligente, que amaba la música de metálica al igual que yo, pero sobre todo que amaba la cultura egipcia y todo sobre sus dioses, ella en realidad tenía mucho más conocimiento que yo, era maravilloso, disfrutaba de su compañía y cuando estaba con ella era como un sueño, pero algo no estaba bien, sentía que algo no cuadraba porque, al igual que con Jesús, llegó un momento en el que el dolor de cabeza también ocurría al estar con ella. 

Era un idiota, y el amor me había consumido, por lo que decidí ignorar ese sentimiento, de todos modos había llegado el día, 21 de julio, decidí ir con Laura a la expedición, y todo fue de maravilla, llegado el tercer día de expedición nos dieron permiso de ir a comer a un restaurante, dónde platicamos sobre un sinfín de cosas sobre los egipcios. Saliendo del restaurante aún con dolor de cabeza yo le marque a Jesús y le conté sobre Laura. Aún recuerdo que Jesús me había respondido muy feliz. 

– Oscar, no sabes el gusto que me da, el que hayas conocido a alguien que comparta los mismos gustos que tú, yo ya me he casado y soy feliz junto a mi bella mujer.

– Espero conocerla muy pronto Jesús, espero poder verte de nuevo muy pronto

– Oscar, ya se dónde estás de expedición y no estás muy lejos de donde yo vivo, espero que en tres días termine yo mis asuntos para poder vernos.

Ese noche también iba de maravilla, pero una vez más pude notar las miradas de la gente, y algo que me consterno fue lo que dijo una pareja, ellos intentaron susurrar pero fue inevitable que yo escuchase lo que habían dicho. 

– ¿Ya viste aquel tipo?

– ¿Quién, el que está hablando por teléfono?

– Si, es algo extraño no crees, lleva sentado ahí alrededor de una hora y hablando al aire

– Es verdad, yo creí que estaba hablando con otra persona por teléfono pero…

Decidí ignorar una vez más esas palabras, colgué el teléfono y llegamos al hotel donde nos estábamos hospedando, esa misma noche soñé nuevamente con esa reliquia que me seguía desde niño. Había llegado el siguiente día de la expedición, esta vez iba solo, y por despistado, me perdí, no encontraba a nadie y por mi despiste, di un paso en falso y caí en una especie de fosa, que en realidad era la tumba de un supuesto dios egipcio. 

– Don…¿Dónde estoy?, ¿Qué es este lugar?, Por…¿Porqué hay tantas joyas en aquí? 

– ¡Dios!, Hace demasiado frío, ¡alguien, ayúdeme!

Camine por el lugar y encontré antiguos escritos que parecían una alabanza a un dios, seguí caminando y en un altar encontré lo que me había estado persiguiendo desde niño…. Encontré aquella reliquia que había dibujado a los 5 años. 

Logré salir de la tumba con la reliquia en mis manos y salí corriendo directamente al hotel, lo primero que hice fue buscar a Laura para explicarle lo que estaba pasando y lo que había encontrado, tal vez ella tendría más información sobre aquella reliquia y a qué dios pertenecía, pero no la encontré.

Al día siguiente desperté y le marque a Jesús pero tampoco me contesto, decidí buscar nuevamente a Laura y le pregunte al encargado de la expedición si sabía dónde estaba Laura a lo que el me respondió:

– ¿Laura?… ¿Quién es Laura?

– La chica con la que le pedí permiso para salir a cenar

– Recuerdo que me pediste permiso, pero venías absolutamente solo

– Es una chica, bajita, de cabello corto, rubio, tenía un vestido negro acompañado de una esclava de oro

– Aún con tu descripción, tú venías solo Oscar, no estaba nadie más contigo, solo me pediste permiso tu.

Comencé a preguntarme que es lo que estaba sucediendo, porqué nadie sabía nada sobre Laura o Jesús, esa tarde me comenzó a doler demasiado la cabeza y escuchaba una voz dentro de mi que me decía:

– ¿Quién eres tú y porque tienes el control de mi cuerpo?

Salí corriendo nuevamente, estaba angustiado y sobre todo muy confundido, ¿por qué me estaban pasando cosas tan extrañas? llegué al restaurante dónde estuve aquella noche, y le pregunté unas cuantas cosas al recepcionista. :

– Buenas noches, se que le sonara extraño esto pero. ¿Recuerda la noche que vine?

– Por supuesto señor, usted estuvo aquí y ordenó una mesa para dos, aunque me sorprendió porque jamás llego nadie con usted, siempre estuvo solo en la mesa platicando consigo mismo.

– ¿No llego una dama conmigo?

– ¿Una dama?, no que yo recuerde, de hecho están los vídeos de la cámara de seguridad por si quiere verlos.

Me sorprendí tanto como el mesero cuando le pregunte sobre la dama que según yo, me había acompañado, le pedí al recepcionista ver los videos de las cámaras de seguridad, el con mucha amabilidad me acompañó hasta la habitación de las pantallas que monitoreaban todo, al observar los vídeos de de las cámaras, pude percatarme que en efecto siempre estuve solo, incluso yo mismo pensé que era extraño verme ahí, sentado solo, siempre solo, haciendo toda clase de gestos con las manos, pero completamente solo. 

Salí del restaurante y decidí buscar aquella tumba dónde había encontrado la reliquia, pero jamás la encontré, aquella noche decidí irme a dormir, y en cuanto caí dormido nuevamente escuche esa voz, esta voz me decía la dirección de aquella tumba, desperté gracias a qué sonó mi teléfono, contesté y respondió mi tía que estaba en su lecho de muerte, fue aquí donde me enteré por primera vez que Jesús fue mi hermano:

– ¿Bueno?

– Hola hijo, ¿Cómo estás?

– Bien tía… voy despertando de un sueño medio extraño

– Tengo algo que decirte hijo, espero no sea un mal momento

– No claro que no tía, adelante dígame…

– ¿Recuerdas a Jesús?

– Por supuesto fue mi mejor amigo desde pequeño, ¿Porqué, ocurre algo malo con el?

– Lamento que tú familia te escondiera todo este tiempo la verdad, pero Jesús en realidad jamás fue tu amigo, el fue tu hermano hijo.

– ….

Colgué el teléfono, decidí desayunar y tomar un café para ponerme a pensar en todo lo que había visto, escuchado y sobre todo lo que había hecho, en cuanto termine, decidí asistir a la biblioteca para buscar algo de información sobre la reliquia, lamentablemente un accidente de tránsito no me dejó llegar hasta mi destino, baje del auto rápidamente y continué a pie, después de 37 minutos caminando pude llegar a la biblioteca. Fue aquí donde me enteré que aquella reliquia era en realidad una piedra de un dios, el cual podría darte una especie de vida eterna, es decir, tendrías una reencarnación después de tu muerte, cada cierto tiempo, salí muy asustado de la biblioteca y con demasiadas preguntas que contestar, una de ellas era ¿Qué me ocurrió aquella noche?

Llegué a mi cuarto, me prepare un café súper dulce y me fui a dormir, en aquel sueño conocería por primera vez al causante de todo esto, conocí a Oscar, todo parecía tan real, aunque lo único que podía ver era un espacio completamente en blanco, era como si estuviese flotando y Oscar estaba frente mío. El me habló muy arrogante, como si fuese una especie de dios. 

– ¿Quién eres tú?, ¿Porqué tienes mi reliquia?

No iba a dejar que su tono arrogante me asustase o intimidase, así que decidí confrontarlo. 

– Está reliquia la encontré en una antigua tumba dónde caí una noche de expedición.

– Tu quien diablos eres eh, y por qué me hablas tan arrogante. 

– Mi nombre es Oscar De Jesús Ali Gamal, y este cuerpo me pertenece, no estuve inactivo por 2000 años solo para que un don nadie me robe mi cuerpo

– Así que me sería de mucha ayuda que te desvanecieses en estos momentos “hermano”

En cuanto termino su última palabra, escuche un chasquido, y me desperté de un salto, estaba sorprendido y consternado, su nombre y apellidos, eran mis apellidos, mi nombre y el nombre de mi hermano, me levanté y me dirigí hacia la ducha cuándo nuevamente comenzaron los dolores de cabeza y me comenzó a sangrar la nariz. 

Estaba ya muy asustado, en verdad muy asustado y con muchas dudas, pero la principal era, la segunda conciencia que habitaba en mi mente, decidí ir nuevamente a la biblioteca para buscar información sobre el, sobre está persona, después de horas y horas de buscar encontré un libro dónde había una antigua leyenda que decía:

“Cualquiera que ose tocar la piedra de Gamal, será maldecido por la fuerza de este antiguo dios, su cuerpo empezará a ser dominado por el, y cuando Gamal tome control completo del cuerpo, el mundo caerá en una gran era de cambios, todos estarán a merced de lo que el dios Gamal quiera hacer, y esperemos que lo que quiera hacer no sea nada malo, si ese llega a ser el caso, todos estaremos perdidos”

Arranque esa página del libro, y en cuanto los encargados escucharon el sonido de la hoja siendo rasgada, me persiguieron por toda la biblioteca por haberlo hecho, pero después de correr y faltarle al respeto a ese antiguo libro llegué al hotel, entre en mi habitación, camine hacia el baño donde me lave la cara y la nariz porqué nuevamente me comenzaba a sangrar, observé el espejo y esta entidad dentro de mi se comunicó conmigo y a través del espejo. 

– Sé que tal vez te sorprendas por todo lo que leíste pero yo en realidad también estoy sorprendido, jamás pensé que me tocará una reencarnación así, solo te pido que me des el control total de tu cuerpo para poder cumplir con mis deseos.

– Porqué tendría que hacerte caso, después de todo tu podrías ser solo algo producto de mi imaginación, además no estoy seguro de que seas tu el supremo poderoso.

– Cómo puedes creer eso, yo hice que todo lo que te está pasando fuera real, la muerte de tu hermano, yo lo traje de nuevo a ti, las visiones con tu novia, esa chica te rechazo brutalmente amigo, pero yo hice que estuviese contigo. 

– Gracias a mi tú vida vuelve a tener sentido, fui yo quién te a salvado de toda esa miseria, sin mi tu ya ni si quiera estarías vivo igual que toda tu familia, solo estas gozando de los beneficios que te ofrezco , solo te aprovechas ciegamente de todo lo que he hecho, sin mi tu no serías nada, es hora que yo terminé y tenga el control de esto.

Recuerdo que fue todo lo que me dijo, después de eso, desperté tirado en la fosa en la que caí ese día, regrese rápidamente al hotel, tomé mi teléfono y pude observar que habían pasado 21 días desde que había hablado con Gamal, me acerque a la cama y busque aquella reliquia, pero jamás la volví a ver, jamás volví a soñar con ella, pero sobre todo, jamás volví a ver a Jesús o Laura.

El mundo había cambiado, estoy seguro de ello, podía sentirlo, aunque la gente común no pudiese notarlo, el cielo, se había tornado de un color rojizo y las nubes se tornaron naranjas. Y en el centro estaba él, con una pose digna de un dios, usando un vestido de lino completamente blanco, con detalles e hilos de oro. Pero lo peor apenas estaba comenzando, pues Gamal me había visto, en seguida desapareció, y cuando voltee para irme apareció frente a mi, y lo que me diría sería algo que me volaría la cabeza… 

 

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