Teoria del Egoismo.

Me senté, al ras del sillón del señor Peterson, mi amado, y a la vez odiado, psicólogo desde mis 18 años, los cuales, con el pasar el tiempo, se convirtieron en unos 25 años míos y 7 años de terapia. No estaba funcionando. 
Me decidí a poner en jaque al psicólogo, para que ya me dejara en paz de una vez, y demostrarle la filosofía que el egoísmo de la gente y del mundo me habían enseñado y maltratado a lo largo de mi corta vida. El señor Osvaldo Peterson, continuo con su sabiduría, con sus ejemplos, y su demostración de que hay solución para todo en la vida, pero mientras el hablaba sin parar, yo formulaba mis palabras en la mente y en la misma nada, como si fuera pescando con un hilo mental las palabras difíciles y las fáciles, seleccionando minuciosamente cada letra, cada silaba, cada diptongo y preocupándome por los acentos, ya que clasificar palabras, nunca fue en lo que mas me destaque en la secundaria.
Sin mas que hacer, sin mas que decir, y sin ganas de escuchar al viejo ochentoso de tes blanca y mucha barba, lo pare y dije:
-Señor Peterson…¿esta usted interesado en la filosofía y o teoría del egoísmo que me he planteado hace como mas de un mes?.
El viejo sorprendido, no hizo mas que acomodarse los lentes, asentir, y darme la palabra con un gesto:
– Pues bien, mi teoría es, que la vida es egoísta, y nosotros también, porque la vida es capaz de maravillarnos por momentos, haciendo que sea maravillosa la sensación de tan solo respirar, para después quedarnos con ese vacío, que no te lo quitas con nada, sin embargo siempre te presenta algo que no es ni suficiente para quedarse, ni suficiente para irte; las personas dicen que todo en un punto mejorara, pero si no lo hace con el pasar de los años y uno mismo solo se deteriora, piden a Dios, nos ruegan a nosotros, que no tomemos caminos extremo o apresurados, dígame usted, ¿Quién es el egoísta? Las personas que por amor no nos dejen ir a pesar de sufrir la vida que llevamos, la misma vida que no nos da ni para mucho ni para poco o nosotros mismos, que nos queremos quitar la vida, sin importar que piense la misma, sin importar quienes nos aman, ¿Somos egoístas por querer finalizar con el dolor interminable al que nadie ni nosotros les pone punto final?.
Luego de haber finalizado con un poco de falta de aire, el señor Peterson, se retiro de la sala, dejandome con mi filosofia del egoismo en la boca, y con la vida en las manos.

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