Sublingual

Sublingual

KCH

27/04/2022

Las voces se transforman en rumores, que a lo lejos danzan, me rehuyen, y como un odio consentido nos evitamos juntos. Nunca antes me habia importado menos salir de esta cáscara, enfrentarme al frio sepultural de la calle , callecita que en el pasado tanto me sedujo y tantas noches bohemias me regaló, ahora me resulta ajena, sabiendome en pedazos, como un arca vacía, reducida a un giñapo de quién fuí; recogiendo mi cuerpo a lo largo del asfalto empapado de soledad y de memorias lejanas.

¿Alguna vez querré volver? Volver a sentirme, a tocarme y apropiarme de esta alma y de este cuerpo al que las pasiones han guiado por sendas siniestras e inciertas, pasiones que en el pasado defininieron mi naturaleza libidinosa, mi poder y mi viento, pero que hoy cual sísifo me tienen gruñendo y sosteniendo esta pena, esta culpa y esta cruz con sabor a hierro en mi boca seca y hábida de un aliento.

¿Cómo saberlo? Guardo una luz parpadeante, agonizante y tenue que con susurros sugiere que el tiempo es quién se encargará de apasiguar mi dolor, que me liberará de esta etiqueta de martir que yo misma me he puesto, de martir y de verdugo de mi alma y de las tuyas. El tiempo, el tiempo lo siento y lo escucho en la intranquila quietud de la noche, junto a mi ventana, con mi corazón como un metronomo humedo que lleva el pulso de esta condena, y sin saber cuantas noches quedan para ser libre me engaño y me refugio en el abrazo de mis sueños y aún dormida transpiro intranquilidad; reposando mi cabeza sobre tres humores que se detestan, que se aborrecen pero que soportan su existencia como el guardian canserbero pernoctante, compañero de viajes subconsientes y de llantos instantáneos sin el mas mínimo puchero.

Escondiedo mi suplicio ante la luz enceguecedora de la mañana, siento que cada vez soy menos real, desconozco la imagen que muestro ante la gente, desconozco este reflejo en el espejo; pero que al mirarlo a los ojos encuentro una pizca de anhelo, una intuición mal sana que me llena de promesas sobre un renacer de entre las cenizas, pero aún sabiendo que mi despertar no será ni hoy ni mañana sigo expectante, como si mi suerte estuviera echada, y tuviera un buen augurio de vida y de deseo de vivirla, aunque sigo girando sobre la ruleta lujubre de terciopelo frio y con un lángido tiro desde mis manos pequeñas y amarillas.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS