Ese signo dramátical
Que tiene a los hombres de cabeza,
que todos buscan,
Tan pequeño de escribir,
Y amplio de explorar.
Los buscadores creen tener
la brújula correcta…
Los poetas piensan
que es el mejor
final de sus escritos…
Los seductores ejecutan su destreza, asegurando que encontraron
el tesoro perdido…
Ese espacio en lo prohibido
Que tiene nombre y apellido,
Que todos hablan de el
Y nadie ha visto.
El punto G de las mujeres
Que no se encuentra entre dos paredes…
Como si se escondiera entre lo obscuro.
Y que sólo los que Aman
Exploran sin temor ese sentido
Logrando vibrar extasiadas
De amor limpio y puro,
Sin caricias interminables
Y sin besos prohibidos.
Los sabios conocedores
Del signo con apellido
Entienden que no es un botón de encendido,
Que tenemos las mujeres.
Es el punto que define
Si es amor nuestro latido
Es el rayo que desnuda
Nuestra alma en un sentido.
Y quien tiene la fortuna
De encontrar el significado
No depende en su vida
Una brújula en el norte,
Un poema que enamore
Y mucho menos …
Un manual de seducción.
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